La demanda externa de productos apícolas argentinos se encuentra en expansión como consecuencia de la desconfianza que generó la baja calidad de la miel china, principal productor mundial, y las sospechas de adulteración de sus productos.
Por otro lado, los niveles de la producción apícola en Argentina presentan una tendencia creciente en el largo plazo, marcados claramente por distintas etapas de consolidación de la producción para luego tener un nuevo salto en la capacidad productiva, en línea con la incorporación de nuevas tecnologías a través de las mejoras en los apiarios, las temperaturas, los tratamientos de la miel y la mayor especialización de los productores.
Según un estudio de IES Consultores al que tuvo acceso Transport & Cargo, el año 2020 fue bueno para el sector apícola argentino impulsado por una mayor demanda interna a raíz de la cuarentena y la desconfianza en la producción proveniente de China. En 2020 la producción total de miel alcanzó las 81.581 toneladas con un avance anual del 3,4%. El principal destino por excelencia es el mercado externo, ya que en promedio el consumo interno es cercano al 10% del total de la producción.
En el año 2020, las exportaciones totales del sector apícola finalizaron en u$s 169,9 millones, lo que implicó un avance del 15,8% respecto a lo observado en 2019 (u$s 146,7 millones). Las importaciones fueron apenas u$s 84.000, lo que dejó un saldo comercial de u$s 169,8 millones durante el pasado año.
En enero de 2021 se exportó miel por más de u$s 11 millones, lo que significó un crecimiento mensual del 27,3% y un incremento interanual del 48%. En cantidades, la suba en las ventas externas fue del 17,1% mensual y del 10,4% interanual. El incremento en el precio medio de las exportaciones apícolas explica la diferencia entre valores y cantidades.
El sector apícola cuenta con perspectivas sumamente favorables tanto en lo que respecta al corto como al mediano plazo.
Las tendencias globales como locales hacia hábitos de consumo de alimentos más saludables, hacen de la miel un producto ideal para satisfacer dichos objetivos. De esta manera, si se suma la desconfianza del mercado global ante las adulteraciones de la miel china, ambos factores podrían significar un importante incremento en la demanda apícola para los próximos años, algo que sería positivo, dado que el principal motor del sector es y continuaría siendo el mercado externo.
"Las exportaciones continuarán siendo el principal catalizador del sector ante el bajo consumo interno y la menor confianza mundial hacia la miel china, otorgándole la posibilidad a la Argentina de ganar mercados internacionales", dijo Alejandro Ovando, director de IES Consultores.
AGUSTIN BARLETTI
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