La llegada de Cristiano Ronaldo a la Juventus ya comenzó a generarle los primeros beneficios al club. Se sabe que el astro portugués es uno de los deportistas con mayor poder de marketing del mundo y esto ya causó un efecto en las tiendas del club turinés. Luego de su presentación oficial, los fanáticos ya compraron más de medio millón de camisetas -520.000- con el clásico número 7 del ex Real Madrid en tan solo 24 horas, según The Guardian.
“Quiero dejar mi marca en la historia de la Juventus”, destacó Ronaldo durante la conferencia de prensa. El club turinés pagó US$ 129,3 millones por su pase y en un día, CR7 vendió camisetas por más de US$ 62 millones –cada una tiene un precio aproximado de US$ 120-, de acuerdo a lo consignado por Business Insider. De este monto, a la Vecchia Signora le corresponde entre el 10 y 15 por ciento de las ventas, por lo cual podría embolsar cerca de US$ 9 millones.
El efecto Ronaldo también impactó en las redes sociales de los bianconeros que sumaron 1,5 millones de seguidores tras el anuncio. A su vez, las acciones del club en el parqué italiano se revalorizaron y exhibieron un alza de 35,8 por ciento en dos semanas, alcanzando los 0,898 euros por título el día en el que oficializaron la operación. Sin embargo, no todo es color de rosas, ya que la contratación del portugués provocó una huelga entre los trabajadores de Fiat. La familia Agnelli controla tanto la automotriz como al club y este millonario desembolsó millonario generó una reacción entre sus empleados que señalan que hacen “enormes sacrificios económicos”.
Además de los desafíos deportivos, la cuestión económica fue un factor fundamental de la salida del delantero de la Casa Blanca. El portugués no solo consiguió un aumento de sueldo del 30 por ciento -30 millones de euros brutos por año- sino también beneficios impositivos por trasladarse a Italia. Los impuestos por derechos de imagen fue un tema que lo tuvo a maltraer al jugador y por el cual enfrentó acusaciones millonarias por fraude fiscal. En cambio, una ley local italiana limita a 100.000 euros –US$120.000- el pago anual de derechos de imagen exigido a las rentas altas.
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