Brasil anunció una baja de precios mensual de un 0,68% para julio, marcando así la deflación más fuerte desde 1980: así, acorde a la suba de precios internacional, la inflación en el país vecino reúne un avance del 10,07% en los últimos 12 meses.
El hito se dio a raíz de la fuerte política para regular el valor de los combustibles aplicada por el presidente Jair Bolsonaro. Este estableció una reducción de impuestos al sector para afectar los precios finales a la baja, los cuales finalmente cayeron un 14,15% en julio.
Esto empujó una fuerte reducción en el sector Transporte, cuyos precios cayeron un 4,51%: así lo informó el Instituto de Estadísticas (IBGE) este martes a través de un comunicado que indica que "el mayor impacto negativo", de -1%, fue de este rubro.
El descenso contrasta con el proceso inflacionario que Brasil está sufriendo durante este año en línea con el contexto internacional afectado por la guerra en Europa: en junio, los precios avanzaron un 0,67%, sumando un 11,89% de aumento interanual que ahora se redujo a 10,07%.
La gestión de Jair Bolsonaro ha atacado la inflación con constantes subas de las tasa de interés. Esta herramienta, junto a la baja de impuestos a los combustibles y los recortes aprobados por la nueva gestión de Petrobras, llevó a la primera baja en los precios desde mayo del 2020.
En línea con los cambios en el sector energético, otro de los rubros que más redujo sus precios en Brasil fue el de la energía eléctrica residencial, la cual cayó un 5,78% a raíz de una reducción de impuestos y, consecuentemente, de las tarifas finales.
En contraste, el sector de los alimentos y las bebidas, uno de los que más afecta a la población general, continúa con subas, esta vez del 1,30% para julio y con un acumulado interanual del 14,72%. En este caso, productos como la leche larga vida observaron incrementos desmesurados de hasta un 25,46%.
De esta forma, la inflación en Brasil durante los primeros siete meses del año se ubica en torno al 4,77%, a poco de llegar al límite impuesto por el Banco Central para todo el 2022: un 5%.
Este panorama inflacionario pone en una encrucijada a Bolsonaro ante las próximas elecciones presidenciales en las que su oponente, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, presenta una amplia ventaja.
Es por esto que, ante la suba de precios, el actual presidente brasilero intensificó su política social a través de incrementos en los planes sociales ligados al programa Auxilio Brasil: el valor de la asistencia pasó de 400 a 600 reales, un aumento extraordinario que correrá hasta diciembre del 2022, afectando a 20,2 millones de familias.
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