El viernes 3 de abril, Alberto Fernández miraba los canales de televisión que mostraban las fachadas de los bancos con largas colas de jubilados y beneficiarios de planes sociales se entremezclaban. "El Presidente me llamó muy temprano preocupado por la situación, estaba enojado", relató, entonces, su amigo Miguel Pesce en radio. El propio titular del Banco Central y el jefe de la ANSeS, Alejandro Vanoli, fueron apuntados en el Gobierno como los culpables del primer amontonamiento público de la cuarentena. Veintiséis días después, el mandatario echó a uno de los dos.
Fue el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, quien el miércoles le pidió la renuncia a Vanoli. No sólo por aquel descalabro organizativo del cual supo desligarse, sin éxito: "No quiero entrar en quién tiene la culpa, es una situación compleja". Como viene contando El Cronista, la Casa Rosada y ente previsional mantenían un contrapunto por el futuro del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Cerca del ahora ex funcionario habían puesto en duda la continuidad a partir del próximo mes del bono de $ 10.000, mientras evaluaban otros mecanismos en reemplazo; pero desde Balcarce 50 insistían con la idea de extenderlo, considerando la prórroga del aislamiento obligatorio hasta el 10 de mayo. Al final, la no continuidad que se decidió fue la del propio Vanoli.
Es el primer funcionario de primera línea renunciado de la era albertista. Al menos no fue uno de los 32 futuros que el entonces electo mandatario presentó en una foto conjunta.
"Tenía los días contados", presagiaban ayer con el diario del lunes. "Se peleó con todos, no terminó con el pago a los jubilados, no tenía una a favor", sumaban en la Rosada.
No seguirá en la ANSeS, pero sí quedaría como director por el Estado en el directorio de Edenor, según confiaban ayer fuentes oficiales. Una paradoja, ya que anoche, como gota que habría rebalsado el vaso, le achacaban a Vanoli haber perdido representación oficial en empresas por no presentarse en las asambleas. Una era Techint, donde Miguel Ángel Toma tomó notoriedad como vocero en medio del tironeo oficial entre la constructora y el Gobierno por los despidos. Otra fue Telecom, donde -decían- se "olvidó" de proponer como director a una pieza de Cristina Fernández de Kirchner en el gabinete, el ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro. "Se olvidó de muchas cosas al parecer", le endilgaban con cierta malicia.
Justamente, algunas fuentes descontaban que "Cristina lo entregó". Otros incluso sumaban un llamado de Alberto Fernández a su Vicepresidenta para adelantarle la salida. Sin embargo, desde el kirchnerismo había otra lectura. "Ella nunca lo propuso, no perdimos un casillero en el tablero de la alianza del Frente de Todos". Si bien admitían su pasado cristinista, como ex presidente del Banco Central, no lo tomaban como propio. "Nunca estuvo en estos cuatro años en el (Instituto) Patria", argumentaban.
Antes, desde su asunción tampoco se negaba su pertenencia. Una de la candidatas que sonaba en diciembre para la ANSeS era la camporista Luana Volnovich, que terminó recalando en el PAMI.
Un rumor interno sostenía una promoción: la del hoy segundo Santiago Fraschina, éste sí, un asiduo asistente al Patria. Otro nombre que suena es el de Juan Zabaleta, intendente de Hurlingham y referente del peronismo bonaerense. "Necesitamos alguien de experiencia, que pueda gestionar en la crisis que llegó para quedarse", dijeron fuentes ejecutivas.
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