La crisis generada a nivel global por la expansión del coronavirus dejará a muy pocas industrias indemnes. Si bien el sector turístico (aéreas, cruceros, hoteles, agencias) es uno de los más afectados, la pandemia también impactará en otras actividades, como la vitivinicultura.
El año había empezado bien para las bodegas, con una recuperación de 13,4% en enero en despachos para el consumo interno, de 1% en el bimestre en exportaciones de vinos fraccionados y de 197% a granel, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Sin embargo, la crisis sanitaria por el virus reducirá las expectativas de recuperación previstas para este año.
De a poco, las bodegas reciben cancelaciones de compras del exterior y son informados por sus importadores, especialmente, de Europa, sobre una extensión en los plazos de pago, en virtud de la menor demanda de vino en canales on premise (locales gastronómicos).
Por otra parte, el cierre de restaurantes y hoteles y la prohibición al arribo de extranjeros también afectarán al consumo interno.
Las bodegas están conformes con la decisión del gobernador Rodolfo Suárez de fijar cuarentena por 14 días en Mendoza desde el pasado miércoles 18, ya que no se habían detectado casos de Covid-19 hasta entonces en la provincia y las empresas están en plena cosecha, proceso que no puede esperar.
De hecho, este lunes, las entidades sectoriales salieron al cruce de la Federación de Obreros y Enpleados Vitivinícolas y Afines (Foeva), que decidió unilateralmente aplicar "en forma indiscriminada", según las bodegas, el aislamiento social preventivo y obligatorio para todo el personal de viña y de bodega, entre el 22 y el 31 de este mes.
El gremio afirmó que se basó en "la existencia de numerosos casos de incumplimiento del protocolo vigente y la falta de entrega de materiales básicos para prevenir el contagio" del virus.
Las entidades empresarias -entre las que destaca Bodegas de Argentina, la más grande del país- recordó que la actividad está exceptuada del cese de actividades dispuesto por el decreto de cuarentena obligatoria que firmó Alberto Fernández.
Finalmente, las partes llegaron a un acuerdo. Las empresas ofrecieron más medidas e insumos de prevención exigidos por el gremio y, según informaron desde Bodegas de Argentina, ya están funcionando normalmente.
Momento clave
“Las bodegas decidimos cerrarnos al turismo incluso antes, para evitar que haya gente circulando. Estamos en plena cosecha, elaborando ahora para todo el año y eso no puede esperar. Es acertada la decisión de Mendoza. Lo primordial es evitar contagios. La cosecha no se puede hacer a distancia pero otras tareas administrativas sí”, explicó Patricia Ortíz, presidente de Bodegas de Argentina y dueña de Bodega Tapiz.
“Las medidas fueron extremas pero oportunas. Estamos centrados en la cosecha, cancelamos todos los viajes y quienes estaban afuera, se iba a hacer ProWein en Alemania, volvieron y están en cuarentena”, coincidió José Alberto Zuccardi, presidente de la Unión Vitivinícola (UVA) y titular de Bodegas Zuccardi.
Si bien el impacto recién comienza a verse y es difícil aún de estimar, en el sector admiten que afectará tanto al consumo interno, que se estaba reactivando, con un alza de 5,1% en 2019, como a las ventas externas, que crecieron 3,3% en litros ese año.
Para 2020, se esperaba recuperar parte de lo perdido durante 2017 y 2018, algo que ya difícilmente se concretará.
A nivel local, el cierre al turismo y la baja asistencia a restaurantes desde el lunes 16 hasta su temporal suspensión de actividades desde el viernes ya se nota ya en las ventas. El dato no es menor, porque Mendoza es uno de los principales destinos turísticos para extranjero del país, con el atractivo del vino; y el Ministerio de Turismo nacional trabajaba con empresas el sector para impulsar el arribo de visitantes foráneos, que dejan divisas en el país. Por otro lado y aunque crecen, son aún pocas las bodegas que venden en forma directa online al público.
Pero también es complejo el panorama externo. “Teníamos dos contenedores con etiquetas especiales para abastecer cruceros, que ya nos cancelaron el viernes 13 de marzo. Y ese caso puntual se ve en todos lados. Los restaurantes están cerrados en Europa, cayó el consumo y no todos los mercados están bien preparados para las compras online, que es lo que puede funcionar en este contexto. Los importadores nos comentaron que algunos canales no les están pagando, con lo cual nos van a pedir extender los plazos de pago”, comentó Ortíz.
Alberto Arizu, presidente de Wines of Argentina (entidad de promoción en el exterior) y director de Luigi Bosca admitió que ésta dificultad recién empieza. “Empezamos a ver una postergación en las órdenes de compra. Por ahora, cancelaron pocas. Aunque no las descarto para las próximas semanas. Nos preparamos para un escenario más difícil. Estamos asistiendo al peor momento de Europa, el consumo on premise (restaurantes y bares) es cero, mientras que en China, Japón y parte del sudeste asiático se habla de una lenta reactivación. Off premise (supermercados y almacenes) e Internet funcionan. Pero, cuando hay un lock down como en Europa, se corta la cadena de abastecimiento. No es que la gente cambia sus hábitos de consumo. Se aprovisiona y encierra”, explicó Arizu.
“Por ahora, despachamos por Buenos Aires y Chile normalmente, tenemos que ver cómo impacta la caída del consumo en Europa. Y además hay muchos contenedores aún parados en China, algo que afecta al comercio mundial”, comentó Zuccardi.
“Enero y febrero fueron normales. Pero eran despachos ya en proceso. Las cuarentenas van a incidir en los números de abril y mayo. Habrá una caída en la demanda y alargamiento en los plazos de pago, pero no sólo en vinos, sino en la alimentación internacional. Los que tienen su negocio orientado a empresas turísticas lo van a padecer más”, comentó, en tanto, Mario Giordano, gerente general de Wines of Argentina.
Reino Unido, primer destino de los vinos argentinos en Europa y segundo en el mundo, vivió un alza de ventas en los canales online, por mayor consumo hogareño, al igual que algunos locales minoristas, ya que la gente eligió acumular stock antes de aislarse.
“Los canales online están más desarrollados que en otros países, pero igual cayó mucho el consumo en restaurantes y bares, no se sabe en cuánto compensarán esa baja”, comentó Ortíz. “En el Reino Unido, están cerrados restaurantes y bares. Se está consumiendo mucho en el hogar. Pero no todos los países son iguales. La demanda externa se va a resentir”, agregó Giordano.
Lo que reina, como en todos los sectores, es la incertidumbre. “Me preocupa el después de la crisis. No hay algo similar en la historia, salvo la Segunda Guerra Mundial. Quizás, haya un cambio en el orden internacional. Una de las cosas que más preocupa es cómo se va a recomponer la cadena de abastecimiento y la economía cuando pase el virus”, advirtió Arizu.
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