La letra chica empieza a plasmar en la práctica la estrategia del Gobierno de proteger la industria nacional, además de "cuidar cada dólar". Para eso ya definió reforzar el control de las importaciones a través de las licencias no automáticas (LNA) y ahora dio algunas precisiones más sobre cómo será el mecanismo hacia adelante.
A través de la resolución 1/2020 la Secretaría de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa, publicada ayer en Boletín Oficial, amplió en más de 300 posiciones arancelarias el total de bienes alcanzados por LNA. Así, las incrementó de unas 1200 posiciones con LNA a 1500, sobre un total de 10.200 posiciones arancelarias del nomenclador de comercio exterior.
Se se pasa ahora de 12% al 15% del total de las posiciones, que ahora estarán sujetas a un mayor control de la Secretaría. En esta nueva oleada se incorporan algunos productos de madera, electrodomésticos y electrónica, motos, autos y ciertas autopartes. Se suman a textiles, juguetes, calzados y otros sectores sensibles, para los que ya regían las LNA.
Por otra parte, se reduce de 180 a 90 días el plazo del pedido de importación, mientras que en algunos trámites se vuelva a un sistema más tradicional de presentación de formularios.
Como anticipó El Cronista en su edición del pasado 30 de diciembre, el Gobierno profundizará la administración del comercio exterior, lo que puede leerse como una mirada más estricta sobre cada pedido de importación. Así, las licencias no automáticas, que hasta ahora venían saliendo en un máximo de 72 horas podrían tardar hasta 60 días, el plazo máximo admitido para este instrumento por la Organización Mundial de Comercio.
"Esto era un robot, que estaba automatizado, uno pedía una licencia no automática y sin distinción ninguna, ni ninguna lectura, a los tres días el robot te aprobaba las importaciones", indicaron fuentes gubernamentales. Esto derivó, según alertan desde el ministerio de Desarrollo Productivo, en un "sobre stockeo enorme de importaciones, que en promedio hoy llega a entre 6 y 7 meses .
Además, creció mucho el número de importadores. En los últimos cuatro años en textiles "se incorporaron 1500 importadores nuevos, sobre los 2000 habituales, mientras que en juguetes se pasó de 700 a 2000". El mayor problema es que ante un mercado interno deprimido, "el importador vende la mercadería a bajo precio y revienta al importador tradicional y a los fabricantes locales", dijeron fuentes de la cartera productiva.
"Están tratando de cuidar dólares, pero lo tienen que hacer sólo con bienes de consumo porque el resto las necesitan para que la economía y salir de la recesión no pueden limitar mucho la importación de bienes de capital, bienes intermedios, piezas y partes", señaló Marcelo Elizondo, titular de la consultora DNI.
Para Miguel Ponce, exsubsecretario de Comercio Exterior, las medidas revelan "una actitud más activa del Estado de administrar el comercio", aunque aclaró que "nada de esto toma por sorpresa al sector" y además está "dentro de las normas de la OMC".
Desde la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), su titular, Rubén García, indicó que con la reducción del plazo de 180 a 90 días "Oriente queda fuera del juego". Se refiere al tiempo limitado para que llegue la mercadería al país desde el pedido de importación. En despachos oficiales explican que la LNA "puede renovarse y es un trámite sencillo".
Un empresario metalúrgico, que importa en forma regular, advirtió que reguladores de presión, carreteles porta mangueras y válvulas, todos insumos para la producción, están sujetos a LNA. "Son genéricos, que algunos se producen en el país y también hay importados pero con otras prestaciones", explicó.
Por su parte, Eva Bamio, analista de comercio exterior de Abeceb, consideró que la medida busca "anticipar el volumen de importaciones, consultando a las cámaras, pero la pregunta es cómo se va a materializar". No obstante, valoró que "no hayan sacado el SIMI, muy ponderado por la gente que opera en comercio exterior".
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