"El cepo al dólar es como poner una piedra en una puerta giratoria". No una sino varias veces lo repitió Alberto Fernández cuando aún era candidato presidencial, revitalizado por los resultados de las PASO 2019. Años antes, el ahora Presidente también había criticado las restricciones cambiarias del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
"Tenemos una lógica de la economía que ya no promueve más la especulación y quiere que el dólar deje de ser un mecanismo de especulación, una variable para que algunos acumulen dólares, en un país donde hacen falta para producir no para guardar", fue la idea macro que desplegó ayer el mismo Fernández, al defender el "súper-cepo" anunciado por el Banco Central.
El concepto general albertista fue repetido hoy desde distintas áreas del gabinete económico que heredó la restricción de u$s 200 mensuales, donde trataron de sobrellevar lo mejor posible el peso de la medida a fin de cuentas ajena. No fue sorpresivo: el anuncio había sido acordado en las reuniones que encabeza el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
Primero salieron a sostener la medida desde el propio BCRA, con un Miguel Ángel Pesce que desconoció las "características" de servicios como Netflix cuando le preguntaron si quedarían incluidos en la medida, lo que encendió alarmas en la vocería oficial. Por la tarde, con un cable de Télam, el ministro de Economía Martín Guzmán validó la tesis del "mal menor" para frenar el goteo de reservas, al afirmar que "prohibir el dólar ahorro no es la solución".
Eso fue, precisamente, lo que le propuso Pesce al Presidente hace unas semanas y logró frenarlo Guzmán, mientras enviaba las primeras señales al FMI tras el acuerdo con los bonistas. Tal como lo relatan en Gobierno, Fernández optó por una solución salomónica, diseñada por el Central como Plan B.
Hoy completará el coro oficial de defensa la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca.
"Hay que estar tranquilos. Se necesita tiempo para que la rueda productiva comience. No hay otro camino", pedían moderación desde un importante despacho de la Casa Rosada. Un rebote en la economía lo sueñan para el 2021, año electoral.
Mientras tanto, al calor de las noticias sobre el dólar blue que en la Rosada concluyeron que fue una jornada "dentro de lo esperado", en el ministerio de Producción de Matías Kulfas, al tiempo que respondían consultas de cómo pesaría la suba de la moneda norteamericana en una industria necesitada de exportaciones, buscaban el lado positivo en una de las letras no tan chica del anuncio: la obligación de refinanciación de las compañías con deudas en el exterior. "Les da previsibilidad a las empresas y a nosotros para administrar", opinaban. Al menos hasta ahora, Producción oficiaba de nexo con el Central ante cada firma que necesitara dólares.
La agenda "positiva", como prólogo de la pospandemia, continúa: este mediodía desde Olivos, Fernández presentará una inversión de u$s 12 millones de la firma chaqueña Santana Textil. En carpeta quedan agendadas otras compañías que se irán revelando en los próximos días, para contraponer a las noticias de firmas dejando el país.
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