"Marzo o abril serían fechas razonables para cerrar el acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional)", sostuvo el ministro de Economía, Martín Guzmán, en una conferencia que de todas maneras evitó hablar de plazos pero sí remarcó que las negociaciones con el organismo que dirige Kristalina Georgieva avanzan semana a semana. Pero la mención a esos meses no es casual.
Es que si bien el Gobierno quiere demostrar que no tiene prisa para cerrar el acuerdo con el Fondo, la idea es tener la rúbrica lista antes del abultado pago anual al Club de París, que cae a fines de abril y, por el mes de gracia posterior al vencimiento, provocaría un default si no se salda a fines de mayo.
Es que el equipo económico podría sentarse a negociar un nuevo acuerdo con el Club de París siempre y cuando haya sellado previamente un nuevo programa con el Fondo, una de las condiciones que exige el conglomerado de países para otorgar un préstamo estándar.
Es decir, si logra acordar una reprogramación de los vencimientos podría evitar el pago por u$s 2400 millones de abril, que es la principal obligación de pago de deuda externa que aparece en el primer semestre de 2021, consumados el canje con los acreedores privados y el eventual arreglo con el FMI.
Si bien el acuerdo que Argentina firmó en 2014 con el Club de París no tenía esa condición por ser un contrato ad hoc en lugar de ser uno tradicional, para establecer conversaciones para reestructurar los acreedores requerirán un nuevo programa de financiamiento, dado que suele estar ligado a metas de resultados macroeconómicos clave que aseguren cierta sustentabilidad para afrontar sus obligaciones.
El propio Guzmán reconoció que el acuerdo con el Club de París requerirá un estado de negociaciones más avanzado que el que exige el arreglo con el Fondo y resaltó que la intención es que los pagos se reprogramen, en la cumbre GZERO Summit de América latina organizada por Eurasia Group.
De hecho, el Gobierno en el Presupuesto 2021 señaló que buscaría que los pagos de capital de deuda tanto del Club de París como del Fondo se posterguen para 2024 en adelante, mientras que los intereses, de montos considerablemente menores, se financiarían con desembolsos de otros multilaterales.
Evidentemente, un default con este segmento acreedor se traduciría en un salto considerable del riesgo país, un incremento de la incertidumbre en el mercado financiero local y la intensificación de las tensiones cambiarias, señalan los analistas.
"Un acuerdo con el FMI es inevitable para reprogramar los pagos con el Club de París. Si no los reprograma ni los paga, el eventual default no sólo generaría tensiones con el Fondo por los estados miembro sino que también en términos financieros, dado que implicaría más riesgo país y mayor presión a la brecha cambiaria", explicó el economista Juan Ignacio Paolicchi, de la consultora Empiria.
La deuda original con el Club de París era de unos u$s 5000 millones, a lo que se le sumaron u$s 1100 millones en concepto de intereses y otros u$s 3633 millones en concepto de punitorios, durante la gestión de Axel Kicillof al frente del Ministerio de Economía.
El gobierno de Mauricio Macri canceló una buena parte de la deuda, pero tanto en 2018 como en 2019 efectuó un "pago mínimo" y restaron cancelar cerca de u$s 1900 millones entre capital e intereses. Como la tasa sobre el remanente es de 9% anual, el monto acumulado para 2020 trepó a cerca de u$s 2100 millones que directamente no se pagaron. Así, para 2021 asciende a casi u$s 2400 millones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
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