Luego de la pausa que significaron las fiestas de fin de año, el Gobierno retomará esta semana las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objetivo de cerrar un nuevo programa de financiamiento que reemplace al firmado en 2018 antes de abril.
Las últimas reuniones fueron presenciales en Washington D.C., cuando funcionarios de la Secretaría de Finanzas mostraron sus estrategias para incentivar el crédito en pesos en el mercado financiero local, mientras los cuadros técnicos del Fondo recopilaron de grandes inversores las impresiones sobre la actualidad económica argentina.
Desde esta semana se reanudará el diálogo formal a través de encuentros virtuales con el organismo, que está previsto que se intensifique en febrero con la llegada de una nueva misión técnica, a menos que la situación económica se complique y obligue a acelerar.
La pretensión del Gobierno es lograr la rúbrica del Fondo antes de mayo, por lo que marzo o abril aparecen como los plazos mencionados por los funcionarios económicos, debido a que ese mes expira un importante vencimiento de deuda del Club de París por u$s 2400 millones, la principal obligación de pago en dólares de 2021.
La idea del ministro Guzmán es poder renegociar con el acreedor multilateral, que como requisito para un nuevo acuerdo exige tener firmado un programa de financiamiento con el FMI.
Si bien el acuerdo que Argentina firmó en 2014 con el Club de París no tenía esa condición por ser un contrato ad hoc en lugar de ser uno tradicional, para establecer conversaciones para reestructurar los acreedores requerirán un nuevo programa de financiamiento, dado que suele estar ligado a metas de resultados macroeconómicos clave que aseguren cierta sustentabilidad para afrontar sus obligaciones.
En lugar de un programa stand by, el Gobierno persigue un acuerdo de facilidades extendidas (EFF, por sus siglas en inglés), que significaría un plan de financiamiento de 7 a 10 años de duración, confirmó el representante del FMI ante el Cono Sur, Sergio Chodos, el fin de semana pasado.
Según estimaciones de la consultora Ecolatina previas a la negociación, un EFF significaría un plan mucho más cómodo que el stand by dado que los pagos más abultados de capital se abonarán entre 2025 y 2031 sin que en ningún año supere los u$s 10.000 millones.
Una de las cuestiones que destaca el Gobierno al referirse a las negociaciones es que someterá el eventual programa a votación en el Congreso, que espera presentar con la apertura de las sesiones ordinarias, el 1° de marzo.
Ese documento no ingresará solo al recinto legislativo, dado que también se enviará el programa macroeconómico plurianual, en el que se plasma la trayectoria esperada para los próximos años en materia fiscal, de inflación y de reservas internacionales.
Si bien todavía el Gobierno no adelantó los pormenores, estas metas constituirán una señal al FMI, que viene pidiendo una 'hoja de ruta' (es decir, un programa fiscal y monetario consistente).
Tu opinión enriquece este artículo: