El Indec analiza actualizar la canasta de bienes y servicios que se usa para medir la inflación. Los cambios, según confirmaron a El Cronista fuentes del instituto, los hará en base a la última publicación de la Encuesta de Gastos de los Hogares (ENGHO) y se aplicarán desde el próximo año.
La canasta con la que el Indec mide el índice de Precios al Consumidor (IPC) tiene como objetivo ser representativa del gasto de consumo de los hogares, que difiere según el área de residencia y composición: no es lo mismo una familia con miembros en edad escolar, que si son todos adultos.
Los últimos datos de consumo disponibles corresponden a la ENGHO de 2004/2005, pese a que hubo una recalibración de los hábitos en 2017. El proyecto de la definición tanto de nuevos productos para las canastas, como en las ponderaciones, lo había comenzado el ex director del instituto, Jorge Todesca, en base a la ENGHO 2017/2018, que recién se terminó de procesar en 2020.
"Es un proceso habitual que se debe realizar en todas las oficinas de estadísticas, siguiendo los manuales internacionales", explicaron fuentes del Indec a este diario y agregaron que "todavía no hay una fecha de finalización de los trabajos, pero se estima que será en 2022".
Los cambios en el patrón de consumo se aceleraron el último tiempo producto de la pandemia. Las familias tienen un mayor gasto en bienes para el hogar por el teletrabajo, cambiaron el gasto en transporte y en la alimentación fuera de la casa. "Si la actualización de la canasta sigue pautas establecidas y consistentes no se debería modificar la medición de la inflación", dijo el economista Jorge Barreto.
"Hoy la Argentina no tiene un buen índice para medir la inflación, la canasta de consumo no está del todo actualizada con los últimos datos de la ENGHO. Son las consecuencias que dejó la intervención del Indec durante varios años", explicó Guido Lorenzo, docente de la UBA y economista director de LCG.
La canasta se compone de alimentos y bebidas, consumo de transporte y comunicaciones, servicios básicos de la vivienda, indumentaria, gastos en atención médica, en mantenimiento del hogar, esparcimiento y en educación. El 80% de los productos se mantendría, pero se considerarán consumos de plataformas de streaming como Netflix y Spotify.
Luego del apagón estadístico del instituto oficial -intervenido entre 2007 y 2015- esta noticia despertó cuestionamientos en las redes sociales sobre una posible nueva manipulación de las mediciones de la inflación. La autoridad consultada del Indec aseguró que el índice con los nuevos ponderadores será comparable en el tiempo y una vez finalizada la canasta se necesitarán nueve meses para registrar los nuevos precios.
Según analistas, un cambio poco transparente en este sentido solo podría generar inconvenientes. Así, por ejemplo, volvería a caer la confianza en este indicador (tal como ocurrió en épocas del exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno) no solo a nivel de la sociedad en general, sino también del mercado, lo que podría ser un golpe para el camino financiero trazado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, que tiene como eje central el mercado en pesos y bonos atados al CER.
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