Un plan macroeconómico integral que vuelva a la Argentina a la senda de crecimiento, con el superávit fiscal primario y el comercial como brújulas. Esa fue la apuesta que el ministro de Economía, Martín Guzmán, transmitió ayer en su primera conferencia de prensa.
Acompañado por su equipo económico, que estaban sentados en la primera fila del microcine del Palacio de Hacienda (ver nota aparte), Guzmán resaltó que Alberto Fernández le encomendó que la economía vuelva a crecer. "La tarea que me encomiendan es un plan para frenar la caída y sentar las bases de un proyecto sostenible y con inclusión social", sostuvo en el inicio.
En su exposición, que duró unos 40 minutos, señaló que si bien se tendrá al superávit primario como norte, "en 2020 no se puede hacer un ajuste fiscal, agravaría la caída. La clave es tener el aire para no hacer esa contracción fiscal", aunque por otro lado delimitó que "hoy no se cuenta con ningún recurso extraordinario que nos permitan un impulso fiscal".
Si bien no dio números, se desprende que el déficit fiscal primario que recibió del macrismo, de en torno a un 0,5% del PBI, se mantendrá el año próximo. "En cuanto a lo fiscal, reconocemos que hay un problema. Argentina tiene que converger a una situación de equilibrio en la cual se alcancen superávits primarios. Es necesario para el buen funcionamiento del sistema monetario y el pago de la deuda", razonó.
Descartó que en el esquema se esté pensando una "fuerte expansión monetaria" ya que desestabilizaría la macroeconomía". Hasta ahora el macrismo emitió $ 190.000 millones en adelantos transitorios del Banco Central.
Sobre la negociación de la deuda calificó que no la ven como una disputa y, tras señalar que recibieron un "default virtual", señaló que quieren "una buena relación con los acreedores privados para que puedan cobrar". Y el Fondo Monetario Internacional formaría parte de esta negociación (ver aparte).
En más de una oportunidad habló de la necesidad de "tranquilizar a la economía argentina", en el sentido de ir en el sendero de lograr superávits fiscales primarios y balanzas comerciales consistentes. "Sobre este espíritu constructivo haremos con los acreedores para definir la nueva estructura de deuda", sostuvo.
También lo hizo cuando habló del dólar. "En una situación de extrema ansiedad, Macri instauró un cepo. Para sacarlo la Argentina debería tranquilizarse, así que no es el momento de eso. En cuanto al desdoblamiento, seguiremos igual pero iremos evaluando como evoluciona. Hoy no estamos pensando medidas al respecto", respondió ante una pregunta.
Sobre la presión de los precios definió que "esperan iniciar un proceso paulatino de baja de inflación, que acompañará el ordenamiento de los otros desequilibrios. Esto no funciona si se ataca solamente con política monetaria, sino con un plan integral".
Unidad para renegociar la deuda
Guzmán informó que van a crear una "unidad ad hoc para la gestión de la sostenibilidad de la deuda externa", según definió.
"Dirigiré esa unidad, que diseñará las políticas de deuda externa", mencionó. Una unidad similar existió durante el último canje de deuda, llevado a cabo por Amado Boudou.
Guzmán sostuvo que además van a establecer una comisión asesora integrada por algunos exsubsecretarios de Finanzas de la Nación. Algunos nombres empezaron a sonar, como Guillermo Nielsen, Adrián Cosentino, aunque aún ninguno lo confirmó.
Ley de solidaridad y reactivación
"En las próximas sesiones extraordinarias del Congreso estaremos presentando un proyecto de ley de solidaridad y reactivación productiva que contiene medidas orientadas a lidiar con esta profunda crisis económica y social, entendiendo las restricciones presupuestarias", sostuvo Martín Guzmán ayer.
Al ser consultado sobre si habría subas en jubilaciones, mencionó que habrá aumento del gasto social y dejó abierta la posibilidad de que se cambie la fórmula de actualización de los haberes previsionales. "Consideramos que lo que se hizo en el gobierno de Macri con las jubilaciones es inaceptable", calificó.
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