PATRICIA VALLI - Subeditora de Economía y Política
La falta de dólares es el gran cuello de botella de la recuperación según señalan en el Gobierno, más allá del intento de recomponer los ingresos por arriba de la inflación para incrementar el consumo. En medio de la discusión por cómo se contrajo la deuda con el FMI, en el día a día la restricción externa impide volver a los niveles habituales de uso de capacidad instalada, además de la menor demanda.
"Vamos a crecer menos por falta de dólares", se lamentan en el Ejecutivo sobre el rebote estimado para este año, que estará entorno al 5% del PBI. Tras la caída oficial del 10% en 2020, aseguran que se podría recuperar todavía más si se contara con las divisas para financiar el crecimiento.
Las exportaciones del campo pueden aportar u$s 10.000 millones más de lo previsto por la suba de los precios internacionales. En los primeros dos meses ya volcaron u$s 4000 millones según Ciara-CEC, aunque parte era un remanente de diciembre del año pasado, liquidación afectada por el paro de aceiteros. El acuerdo de deuda con el FMI y el Club de París, por su parte, son clave para postergar vencimientos por u$s 7000 millones este año.
Recuperar los niveles de producción habituales de la industria requiere volver a un caudal de importaciones de también u$s 7000 millones, pero mensuales. Eso implica duplicar el promedio de u$s 3500 millones mensuales que se importaron durante el 2020. La meta a la que quiere llegar el Gobierno no se registra desde 2013 en las compras al mundo, cuando el uso de capacidad instalada de la industria promediaba el 75%. Hoy las fábricas, en tanto, trabajan todavía con un nivel del 60% de sus máquinas según los niveles de noviembre y diciembre pasados.
Pese a la restricción externa, en los últimos meses se vio un repunte de las importaciones para abastecer la producción, que según un anticipo del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) de Desarrollo Productivo, tuvo un salto del 7,9% en enero, una cifra que se obtiene en base al consumo de energía de la industria.
El año pasado las compras al exterior totalizaron u$s 42.356 millones según los datos del Indec, un 13,8% menos que el año anterior. Del otro lado de la balanza, las exportaciones fueron de u$s 54.884 millones, un 15,7% menos que en 2019.
"A diferencia de las exportaciones, que mostraron variación interanual negativa en todos los meses de 2020, las importaciones en septiembre, noviembre y diciembre crecieron frente a los mismos meses de 2019", analizó el monitor económico de PwC. "Esto se puede explicar en parte por cierta reactivación de la economía desde sus valores mínimos y, también para garantizarse stocks por parte de los importadores ante la expectativa de una mayor devaluación o dificultad en el acceso al mercado de cambios".
Pese a los reclamos de los importadores, que marcan demoras de meses para el ingreso de productos, en el Gobierno aseguran que "el nivel de aprobación de licencias para importar es casi total". Con pocas divisas, hay prioridad para los insumos que no se fabrican en el país y maquinaria vinculada a inversiones.
MERCADO MUNDIAL
Entre las metas oficiales está el crecimiento de las exportaciones para conseguir dólares genuinos y financiar el saldo comercial, pero en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, Alberto Fernández volvió a hablar de la sustitución de importaciones. En el corto plazo, los funcionarios ven un "proteccionismo vergonzoso" en los países desarrollados que se conjuga con los problemas de competitividad internos para avanzar en un despegue de las exportaciones.
En el mientras tanto, se busca reforzar el mercado interno. "Necesitamos que sobren ingresos después de pasar por el supermercado", grafican, para abonar la venta de ropa, calzado, bienes durables y muebles, por ejemplo.
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