Durante el Gobierno de Mauricio Macri se venían fabricando 500 millones de billetes por año, con un pico que podía llegar, como máximo, a 700 millones. Ahora, sólo en lo que resta del año, van a imprimir 1200 millones de billetes: 800 millones de $ 1000 y 400 millones de $ 500, según pudo saber El Cronista de fuentes involucrados en la operación.
El BCRA y la Casa de Moneda se están moviendo a todo vapor para que no haya faltantes de $ 500 y de $ 1000, que deberían estar llegando en mayor cantidad en noviembre y diciembre para evitar inconvenientes con los retiros de efectivo que haya cuando llegue el aguinaldo de fin de año.
El problema es que en el mundo no hay capacidad para imprimir porque todas las fábricas de papel, de tinta y las casas de Moneda de los distintos países están abarrotadas de trabajo.
Sin embargo, la Argentina tiene avanzadas las negociaciones para importar desde Brasil, España y Alemania, ya que la Casa de Moneda local no tiene las máquinas suficientes.
Más allá de la urgencia, hay un plan para equipar la Casa de Moneda desde el año que viene para imprimir más en la Argentina, no tener que tercerizar tanto y no depender de otros países. Si bien hoy no se da abasto, los entusiastas de este proyecto piensan en que, a futuro, la Argentina podría hasta ser exportador de billetes cuando otros países lo necesiten.
Demanda del segundo semestre
Si bien puede llegar a producirse un pequeño faltante de billetes en agosto, septiembre y octubre, la rueda ya está en marcha para que en noviembre, diciembre y enero lleguen todos los billetes de $ 500 y de $ 1000 necesarios.
Por lo pronto, ya está encaminado el acuerdo para que lleguen desde Alemania billetes de $ 500, según pudo averiguar El Cronista. En la Casa de Moneda dijeron no poder dar información por tratarse de temas confidenciales.
“En el Central nos vienen regateando los billetes de alta denominación y los cajeros se quedan muy rápido sin billetes justamente por eso, ya que se cargan con billetes de baja denominación. De todos modos, es cierto que una licitación internacional es complicada, no hay muchos proveedores, el material es sensible y en medio de una pandemia pareciera que los plazos son cortos”, revela el director de un banco.
Los bancos hacen lobby ante el BCRA para que salga un billete de $ 5000, “pero si estás con faltante de $ 1000 y de $ 500 es peor el remedio que la enfermedad, porque a los bancos le das un alivio, pero la gente que cobra planes o jubilación y recibe un billete o dos, va a un kiosko y no tendrá cambio. En todos los comercios podrían carteles que no aceptan billetes de $ 5000 si faltan billetes más chicos”, razonan en el sector.
El proyecto del billete de $ 5000 estaba muy avanzado, al punto que ya se tenía el papel y la tinta, pero los testeos finales arrojaron que era un billete muy inseguro, ya que el papel no tenía hilo de seguridad ni las medidas mínimas para la circulación, por eso se decidió no continuar.
El año que viene se diseñará una familia de billetes nuevos que incluye un billete de $ 5000 y otro de $ 10.000, aunque este último recién saldría a la calle en 2022.
Tu opinión enriquece este artículo: