Industria y construcción cayeron fuerte en enero, pero creen que lo peor ya pasó

La producción industrial se contrajo 10,8% interanual y la constrcción cayó 15,7%. Pero hubo mejoras del 4,6% y 4,4% en cada caso, en relación a diciembre

Tras el pico de caída del 14,7% en diciembre pasado, el Índice de Producción Industrial (IPI) manufacturero correspondiente a enero arrojó una baja de 10,8% respecto del mismo mes del año anterior, un retroceso importante en línea con lo ocurrido en los últimos ocho meses. A su vez, la actividad de la construcción sumó un nuevo retroceso en el primer mes del año, esta vez de 15,7% en la comparación interanual,según el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC).

Sin embargo, la medición desestacionalizada, comparada con el mes anterior, arrojó una mejora en la producción industrial del 4,6% en enero en relación a diciembre, mientras que la construcción avanzó 4,4% en el mismo período. Éste es el primer indicador positivo en la actividad de la construcción desde agosto pasado.

Si bien aún no puede asegurarse que estemos ante un giro en la tendencia, la comparación desestacionalizada que surge de ambos relevamientos realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), abre expectativas acerca de que podría haberse alcanzado un piso en la caída de la actividad manufacturera y en la construcción entre fin de año y comienzos de 2019.

En medio de una verdadera catarata de indicadores negativos en los últimos meses, estos datos alimentan hoy en entusiasmo oficial. "Es la primera vez desde agosto de 2018 en la que ambos índices (IPI e ISAC) que elabora el Indec muestran crecimiento intermensual desestacionalizado; estos datos, junto con el crecimiento del EMAE registrado en diciembre, abonan la idea de que la actividad habría encontrado un piso en noviembre de 2018", señala un comunicado difundido por el Ministerio de Hacienda.

Pero la percepción difiere, y bastante, dependiendo del sector económico. Mientras la producción de vino creció 21,4% interanual en enero, la carne aviar mejoró 13% y la producción de frutas, legumbres y hortalizas lo hizo 9,8%, los productos lácteos cayeron 10,7%, pero la fabricación de maquinaria agrícola se desplomó ... 90,3%, sólo por mencionar actividades relaciones al sector agropecuario, que se espera sea el motor de crecimiento en los próximos meses.

En cuanto a sectores vinculados a la construcción, la producción de cemento mostró una coída de 16,5% interanual en enero, mientras que la fabricación de asfalto, un indicador del dinamismo de las obras públicas en materia vial, retrocedió 38,5% y la industria siderúrgica un 22,9%. Además, la industria textil retrocedió en conjunto 27,9%, mientras que la producción automotriz y otros equipos de transporte cerraron enero con una baja de 28,2% el último año.

"La tendencia en la industria todavía es a la baja, recién vamos a ver números francamente positivos a partir de junio", señaló Miguel Acevedo, titular de la Unión Industrial Argentina (UIA). Según datos de la entidad, la producción fabril tuvo una contracción de 2,5% en 2018 y para este año proyecta una nueva contracción, que estaría entre 2% y 2,5%.

Consultado sobre la hipótesis de que la caída de la actividad habría tocado un piso en enero, Acevedo dijo que ve "muy optimista al Gobierno", pero enfatizó: "No veo una recuperación ni creo que vayamos a tener eso este año".

Es una mirada similar a la de Marcelo Uribarren, presidente de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), quien aclara que ve la situación actual "con mucha preocupación" porque "no es lo mismo una caída de la actividad de dos o tres mess que una caída de diez meses como ahora". Y sostiene que las cámaras "están aumentando la temperatura de sus quejas", preocupadas porque no se ven motores de crecimiento.

Desde la Cámara Argentina de la Construcción, su titular Julio Crivelli puntualizó que en el sector no se ve una mejoría en este momento o que haya un cambo de tendencia, aunque admitió que "la caída se ha amesetado". Esto es más que nada una percepción pero se observa en los indicadores de empleo, que dejaron de caer, y el consumo de materiales para la actividad.

Pese a todo, Crivelli afirma que el sector espera "un año muy duro" porque la obra pública tiene las limitaciones que ya definió el Presupuesto 2019 y la construcción privada "está frenada, salvo los proyectos que están en plena ejecución", por el proceso electoral. Las buenas noticias, una vez más, pueden venir del campo. "Con la cosecha y la entrada de los dólares puede haber cierta reactivación en la construcción", admitió Crivelli, "pero eso tarda unos meses", remató.

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