El Gobierno puso entre sus metas más urgentes el freno a la salida de dólares y el ingreso de divisas, y ahora comenzó a acelerar esta estrategia. Solo en octubre las reservas del Banco Central cayeron u$s 1.200 millones, con lo que en sus arcas ya quedan tan solo u$s 40.000 millones.
Durante esta semana el ministro de Economía, Martín Guzmán, y su par de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas –entre otros funcionarios- mantuvieron encuentros con representantes de diferentes sectores productivos, y el mensaje fue uno solo: hay que exportar más e importar menos.
Automotrices, autopartistas, textiles, indumentaria, marroquinería y calzado fueron algunos de los rubros que participaron de estas reuniones, siempre con la mira puesta en mejorar la balanza comercial en favor de la Argentina.
El discurso no sorprendió a los empresarios, al tanto de las necesidades del Gobierno, pero advirtieron que es "imposible" cumplir con este objetivo si no se revierten algunas situaciones.
Y en muchos casos los pedidos son similares independientemente del sector empresario del que se trate.
Mejorar las condiciones del mercado interno, lograr mayor previsibilidad en cuanto al rumbo económico y bajar la presión impositiva, fueron algunos de los puntos que los industriales marcaron como claves para poder pensar seriamente en mejorar la capacidad exportadora.
Para el sector de Alimentos y Bebidas, por ejemplo, el tema impositivo es clave. En diálogo con El Cronista, el titular de la Copal, Daniel Funes de Rioja, advirtió que sobre este segmento pesan 160 impuestos, aunque también se debería poner el foco en otros puntos, como el alto costo logístico.
"En estas condiciones, para nosotros incrementar las exportaciones no es simple. El acceso al financiamiento hoy es un tema sensible porque nos impide crecer en ese aspecto", dijo el directivo.
En este aspecto, precisó que su rubro hoy exporta por u$s 25.000 millones, mientras que en 2011 movía u$s 30.000 millones. "Desde 2009 no varía la cantidad de empresas que exporta, que son unas 1200", dijo.
Además, las alimenticias piden que se restablezca el decreto 814 -que da estímulos impositivos a las economías regionales-, y que se establezca "un plan concreto", para poder reactivar la capacidad instalada, lo que permitiría mejorar su volumen exportador.
Ayer fue el turno de los sectores textil, indumentaria, marroquinería y calzado, y las expectativas de este grupo es muy positiva, sobre todo porque "se nota un importante cambio de paradigma" respecto de lo que se venía viendo en los últimos años.
Los representantes de estos sectores industriales resaltaron que lo que se pactó fue lanzar medidas rápidas y concretas, de fuerte impacto, que primero logren mejorar el comportamiento del mercado interno, para luego apuntar hacia la capacidad exportadora.
Por ejemplo, se trabajará sobre el acceso a líneas de crédito con tasas competitivas, sobre todo para poder incorporar capital de trabajo. La semana próxima ya hay previsto una nueva reunión.
Como parte del encuentro de ayer los empresarios también ratificaron las inversiones previstas para el período 2020-2021 por un total de u$s 350 millones, de los cuales u$s 100 millones corresponden a este año y el resto a 2021.
Automotrices y autopartistas -de los sectores que más importan- también forman parte de estas mesas de discusiones.
Aquí los puntos a tratar son varios, y el impositivo es importante. Una de las discusiones pasa por el pedido de las terminales de bajar los aranceles de importación de vehículos terminados, de modo de generar demanda, aunque el Gobierno pretende que crezca la producción local.
Además, el Gobierno impulsa que los vehículos eléctricos e híbridos comiencen a ganar terreno. Lo que está en estudio es imponer algunos incentivos que permitan a las terminales fabricar estos rodados, aunque por el momento es una idea solo expuesta sobre la mesa.
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