En mayo, la recaudación volvió a subir holgadamente por encima de la inflación debido a la baja base de comparación y los principales impuestos siguieron esta dinámica, según los datos informados por el Ministerio de Economía y por la AFIP. Pero la recaudación todavía esta lejos del nivel prepandemia, en especial la más sensible a la actividad y al consumo,
En total, el Fisco embolsó $ 862.480 millones, un 72,7% más que en mayo de 2020, con una inflación en el período que arañará el 49%. No obstante, contra mayo de 2019 se registró una caída real de 9%. Esta dinámica se agudizó todavía más en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), en especial en su componente impositivo (DGI), lo que evidencia el impacto que tuvo el establecimiento de las nuevas restricciones en la actividad al ser uno de los tributos con mayor vinculación al mercado interno.
En total, el IVA recaudó $ 239.694 millones, un 83,3% más que en 2020, pero contra mayo de 2019 el número real arroja caída: nominalmente lo recaudado subió 89,9% contra una inflación de 113%.
Pero el IVA DGI, que explica casi el 70% de lo que capta el impuesto, deja todavía un escenario más preocupante. Aunque le gana por 20 puntos a la inflación de los últimos 12 meses, contra mayo de 2019 la variación nominal es de 75% y el deterioro en términos reales, 17,8%. Se trata de la mayor baja respecto a la prepandemia desde agosto de 2020.
En marzo y abril ya se habían registrado bajas contra 2019 en torno al 13%, mientras que hay que remontarse hasta agosto para observar una caída mayor, de 18,62%, aunque entre agosto y diciembre el IVA se contrastaba con una baja base de comparación, dado que en esos meses de 2019 más de 200 productos básicos estuvieron exentos del tributo.
El impacto fue mayor en mayo que en meses anteriores debido a que el IVA ingresado el mes pasado corresponde a la facturación de abril, primer mes completamente alcanzado por las nuevas restricciones para morigerar la expansión de la segunda ola del coronavirus que afecta principalmente a las actividades turísticas, gastronómicas y de entretenimiento. Por otro lado, ingresaron los saldos del pago diferido de febrero.
Como mayo continuó con las restricciones e incluso tuvo nueve días de cuarentena estricta, la actividad promete una prolongación del deterioro de la facturación que impactará en la recaudación del IVA de junio.
Naturalmente, estas cifras muestran que la actividad todavía no opera en los niveles prepandemia. De hecho, la caída de 2021 contra 2019 es del 64% que la que se observó en 2020, que fue de 27,6% en términos reales. Son cifras peores que las de abril, dado que ese mes había recortado un 60% de la caída real de 33% de abril del año pasado, el primer mes alcanzado por completo por la cuarentena.
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