Para Renault, las consecuencias de la crisis argentina tuvieron un costo superior a los 200 millones de euros (unos $ 8650 millones) en su balance de 2018, según comunicó el grupo automovilístico francés al difundir sus resultados del año pasado.
No fue un buen ejercicio para el rombo. Sus ganancias cayeron 36,7%, a 3302 millones de euros, lastradas por los menores beneficios de Nissan. Renault es, con un 43%, el principal accionista de su aliada japonesa, cuyo aporte a las cuentas de la terminal gala se redujo de 2791 millones, en 2017, a 1509 millones, el año pasado.
Al margen de esa cuenta, el resultado de explotación de Renault cayó en 819 millones de euros, a 2987 millones, reportó la compañía. "Ese fuerte deterioro fue dirigido principalmente, por dos factores: de un lado, las consecuencias de la crisis argentina, en más de 200 millones de euros; y, del otro, provisiones notoriamente relacionadas a un programa de retiros voluntarios implementado en Francia, por cerca de 300 millones", explicó la empresa en su comunicado.
Además, la aplicación de las normas contables internacionales que consideran a la Argentina como una economía "híper-inflacionaria" le significaron un costo financiero de 31 millones de euros ($ 1340 millones) al balance anual de Renault.
En términos generales, la facturación del grupo cayó 2,3%, a 57.419 millones de euros. Eso, pese a que su filial rusa, Autovaz, incrementó sus ventas un 11,5%, a 3040 millones.
Según explicó la automotriz, otros factores incidieron en sus números. Principalmente, el efecto negativo de la devaluación contra el euro de las divisas de los países en los que el grupo tiene operaciones. Pero, también, por el declive de los vehículos diesel en Europa y el abandono de su negocio en Irán, por las sanciones que impuestas a ese país por los Estados Unidos.
Como consecuencia, el margen operativo cayó de 3854 millones a 3612 millones de euros (6,3% de las ventas).
El nuevo management de Renault, tras la dimisión del mes pasado de Carlos Ghosn -encarcelado en Japón desde fines de noviembre, acusado de delitos financieros en su gestión en Nissan- anticipó que, en 2019, confía en incrementar su facturación (en la hipótesis de un tipo de cambio sin variaciones), conservar un margen operativo en torno al 6% y un flujo de caja operacional positivo en su negocio automotor.
Alianza confirmada
Al tiempo que, en París, se difundían los resultados del grupo, el nuevo presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, se reunió en Tokio con sus pares de Nissan, Hiroto Saikawa, y Mitsubishi, Osamu Masuko. Tras una reunión de dos horas, en un hotel de la capital japonesa, Masuko habló con periodistas y aseguró que los tres ejecutivos reafirmaron el valor de la alianza entre sus automotrices.
Skin embargo, por su cuenta, Saikawa, de Nissan, aseguró que una fusión entre Nissan y Renault no fue tratada. Tampoco, quién presidirá la alianza, tras la destitución de Ghosn -artífice de esa unión- de ambas empresas.
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