AGUSTIN SZAFRANKO
Tras un febrero de una leve desaceleración, en marzo la inflación volverá a acercarse al 4% y encadenará su sexto mes consecutivo cómodamente por encima del 3%, lo que dificulta cada vez más la intención del Gobierno de que los precios converjan a un 29% como marcaba el Presupuesto 2021.
El salto inflacionario con la apertura de la cuarentena que comenzó a intensificarse en octubre llevó al índice de precios (IPC) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) al 3,8% en el décimo mes del año y a 3,2% en noviembre, mientras que en diciembre y enero ascendió al 4%. Febrero oscilaría entre 3,3% y 3,5%, pero marzo se arrimaría nuevamente al 4% por el arrastre de los meses anteriores y cuestiones estacionales propias.
De cumplirse, el primer trimestre cerraría el mes entre 11,5% y 12%, por lo que para que se concrete la expectativa del Gobierno de que la inflación totalice el año en 29% el promedio mensual no debería superar el 1,6%. Una condición difícil teniendo en cuenta que solamente en dos de los últimos 38 meses el IPC subió menos que esa cifra (40 si se incluyen febrero y marzo).
Para llegar a su objetivo, el Gobierno planteó que impulsará una menor depreciación gradual del tipo de cambio (crawling peg) que totalice el año en 25% y contenga los precios, además de la extensión de los controles de precios como Precios Máximos y el monitoreo de las góndolas, además de la postergación del aumento de las tarifas de servicios públicos.
A esto se suma que el equipo económico continúa con sus reuniones sectoriales con dirigentes empresarios y gremiales para acordar agendas en común y una convergencia de precios y salarios que apunten al 29%. Inicialmente lo hizo con los rubros de los alimentos y la semana pasada siguió con la construcción, mientras que el próximo encuentro será con los fabricantes de productos electrónicos.
Pero para los analistas, esta estrategia no alcanzará.
Esteban Domecq, de la consultora Invecq, coincide en que la inflación subirá respecto a la de febrero y oscilará entre 3,5% y 4%, nivel en el que la inflación acumulará seis meses debido al impacto del excedente monetario derivado de la monetización del déficit, que estima que insumió una emisión equivalente a 7,4% del PBI.
El economista advirtió que el Gobierno no tiene un programa antiinflacionario y que la estrategia de pisar precios relativos (como tarifas y el dólar) y establecer programas de precios es "atacar las consecuencias, pero no las causas", que se cifran en el desequilibrio fiscal. Agregó que la brecha cambiaria y la "nula credibilidad" sobre la política económica mantiene las expectativas desancladas.
Uno de los indicios que puede anticipar que el dato de marzo se acerque al 4% es el aumento de 1% que registró el precio de los alimentos en la primera semana de marzo, según el relevamiento de la consultora LCG, el segundo dato más elevado de la serie (iniciada en septiembre) para una semana inicial, tras el 1,2% registrado en enero.
En tanto, Ecolatina tampoco espera una desaceleración de la inflación, dada la elevada dinámica de los bienes y servicios de la medición núcleo, a la que se le suman las subas estacionales del mes como educación e indumentaria, la actualización de prepagas, telecomunicaciones y de tarifas de subtes y taxis.
"Creo que la inflación en marzo puede superar el 4%. Hay que ver qué puede pasar con el tipo de cambio, que en febrero se calmó un poco; con las tarifas, que parece que van a aumentar ya pero no se sabe cuánto, y con las negociaciones paritarias, que el año pasado se patearon y cambió el calendario", señaló Matías Rajnerman, de Ecolatina, que agregó que estacionalmente suele ser un mes complicado, a pesar de la dinámica particular que atraviesa el rubro de educación este año.
Joel Lupieri, de la consultora EPyCA, también prevé una inflación de entre 3,5% y 4% para marzo, de la mano de la dinámica de los precios de consumo masivo y resalta que son semanas de "mucha tensión de precios", ante las expectativas de actualización salarial.
QUÉ PASÓ EN FEBRERO
Los relevamientos privados de febrero arrojaron subas de precios en general de entre 3,3% y 3,5%, con lo que de replicarse en el informe del Indec (aunque son índices con canastas distintas) el primer bimestre alcanzaría entre 7,4% y 7,6%.
De los realizados en el Gran Buenos Aires (GBA), el de Ecolatina anotó un 3,4%; el de OJF, un 3,3%, y el de Seido, un 3,5%. El de FIEL, elaborado en Capital, marcó un 3,4%.
Las divisiones de alimentos y bebidas registraron subas mayores. En el de FIEL trepó 4,6%; en el de Ecolatina, un 4,1%, y en el de Seido, un 5,1%. OJF, en tanto, tuvo un 3%.
En cuanto a la núcleo, que conglomera a todos los precios que no están regulados ni son estacionales, las magnitudes fueron más heterogéneas. En FIEL fue de 3,4% y en OJF, de 3,4%; mientras que en Seido y Ecolatina superaron ampliamente al nivel general, con 4,5% y 4%, respectivamente.
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