La operatoria con activos virtuales, comúnmente llamados “criptomonedas”, viene siendo objeto de especial seguimiento por parte de la Unidad de Información Financiera (UIF), presidida por Carlos Cruz.
Este contralor, de acuerdo a los lineamientos de la actual política económica y las recomendaciones internacionales del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional) y el Grupo EGMONT (conformado por Unidades de Inteligencia Financiera del mundo), se origina en el crecimiento continuo del mercado de monedas virtuales a nivel mundial, en parte derivado de la situación extraordinaria generada por la pandemia y ante la posibilidad de que estas operaciones constituyan, en realidad, maniobras de lavado de activos y financiación del terrorismo.
El notable incremento de este tipo de operaciones llevó a que la UIF desarrollara una serie de acciones, advirtiendo que dichas maniobras podrían estar siendo efectuadas por personas que pretendan soslayar los estándares internacionales y evitar el sistema preventivo de lavado de activos.
En este sentido, la UIF exhortó a los sujetos obligados a que establecieran un seguimiento reforzado de dichas operaciones a la vez que, según circula en la plaza, comenzó a recabar información de los principales agentes involucrados en el mercado de criptoactivos, con el fin de identificar a los principales actores y el volumen de las transacciones realizadas.
Las últimas recomendaciones y actividades impulsadas por GAFI/Egmont apunta precisamente a que todas las UIF del mundo cuenten con herramientas que les permitan enfrentar los desafíos que presentan las operaciones con activos virtuales en la economía digital, y las posibles respuestas legales que cada país pueda implementar.
De esta manera, se destaca la necesidad de contar con un marco regulatorio actualizado, la incorporación de sujetos obligados del sector (los cuales deberán contar con la correspondiente supervisión y control por parte de las autoridades), la identificación de tipologías y la detección de patrones de comportamiento.
Ello en un marco de mecanismos de cooperación, a nivel nacional e internacional entre todas las UIF del mundo, de modo de permitir un intercambio de información rápida y coordinada, a los fines de evitar el enorme riesgo de lavado que podría llegar a materializarse como una amenaza para la estabilidad del sistema financiero argentino y la economía mundial.
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