Con un tono conciliador, que busca zanjar las diferencias y apuesta por una transición tranquila, de cooperación, Hernán Lacunza asegura que "el gobierno entrante va a tener recursos para un horizonte de tiempo que le dé espacio para negociar la deuda".
En una entrevista en exclusiva con El Cronista buscó evitar hacer un balance de su gestión y apostó a que "no es tiempo de polemizar sino de cooperar".
Confirmó que el déficit primario va a ser de 0,5% del PBI, que octubre fue superavitario y que no va a haber una emisión descontrolada del Banco Central. "Los límites legales son una cosa, lo necesario, otra cosa totalmente distinta", diferenció.
Se mostró también predispuesto a acompañar al gobierno de Alberto Fernández en una negociación con el Fondo Monetario Internacional, si se lo pidieran. "Cuando el nuevo gobierno tome la negociación podemos hacer un período de transición conjunto, a pedido de ellos. Estamos a disposición", dijo.
¿Cambió el tono de la escucha desde el FMI después de las PASO?
El FMI estuvo atento al proceso electoral argentino y ahora posa sus expectativas en el programa del gobierno electo. Nosotros fuimos a las misiones y reuniones para que toda la parte de metas numéricas cuantitativas estuviera clara y que cuando el nuevo gobierno empiece su negociación eso esté resuelto, y se hable más de futuro que del pasado. La Argentina cumplió todas las metas. Cuando el nuevo gobierno tome la negociación podemos hacer un período de transición conjunto, a pedido de ellos. Estamos a disposición.
En los últimos días hubo cierto debate sobre la herencia.
No es tiempo de polemizar sino de cooperar. No importa tanto quién tiene razón o quién dejó la peor o mejor herencia. Probablemente, para hacer una definición cualitativa, la herencia de 2015 haya sido mejor en la fachada y peor en los cimientos. Y la fachada un poco agarrada con alfileres, con estadísticas que no eran creíbles en términos de empleo, pobreza e inflación, mientras que nuestra gestión deja mejores cimientos y resultados peores en términos de fachada o bienestar. Me gustaría destacar esto como mensaje central: contribuye poco al debate público quién tiene razón. Hay datos objetivos: la inflación es más alta, la pobreza también, ahora el déficit fiscal es más bajo, el primario es casi cero; hay equilibrio externo; el tipo de cambio real es competitivo; las tarifas están mucho más alineadas con los costos.
¿En qué aspectos hay consensos con la oposición?
Un primero es lo que pasó antes de las elecciones. Nos pusimos de acuerdo, deliberadamente, en hacer campaña, todos queríamos ganar, pero en no poner en riesgo la estabilidad. Un segundo es que las estadísticas públicas tienen que decir la verdad. Un tercero es que para crecer de manera sostenida necesitamos equilibrio fiscal. Un cuarto es que tenemos que tener un tipo de cambio real competitivo. No sirve el atraso cambiario. Un no consenso es cuál es la relación con el mundo: es evidente que no tenemos la misma mirada ahí y grado de apertura.
El tema de la deuda no parece ser de tanto consenso.
Veo más coincidencias de las que creemos. No hay un problema de solvencia, la deuda pública es 70% del producto. No es un problema de tamaño, es más de liquidez, de perfil de vencimientos un poco comprimidos en el próximo mandato. En la coyuntura Argentina no tiene crédito entonces pagar todos los vencimientos cash; ningún país lo puede hacerlo por un tiempo muy largo. Hay que recuperar acceso al crédito voluntario. Digo, y lo escuché también en voceros del gobierno entrante, que sea voluntario y rápido. No quiere decir que tiene que estar resuelto en diciembre pero tampoco en octubre de 2020. Las condiciones resultarán de las mesas de negociaciones, siempre teniendo en cuenta que una más hostil puede ser tentadora para hacer menos esfuerzo fiscal pero mucho más nociva para recuperar el acceso al crédito a tasas razonables. Tampoco sería ansioso, las elecciones ocurrieron hace 10 días. No hay necesidad, hay recursos. El Gobierno entrante va a tener recursos para un horizonte de tiempo que le dé espacio para negociar la deuda. Enviamos un proyecto de ley para la deuda bajo legislación local. Nuestro Gobierno va a estar abierto a escuchar propuestas. Puede ser ese proyecto u otro. A nuestro juicio, cuanto antes mejor.
"No va a haber una emisión descontrolada del Banco Central"
¿Cómo evalúan que cierran los números fiscales?
Vamos a cumplir con la meta del Fondo Monetario, de un déficit de 0,5% del PBI.
Las estimaciones privadas se alejan cada vez más…
No sé qué hacen las estimaciones privadas. Nosotros cumplimos y la próxima semana vamos a anunciar los resultados de octubre, que fue superavitario, consistente con la meta fiscal para los 10 primeros meses del año. No hay sorpresas. La recaudación viene de acuerdo a lo esperado, incluso un poquito arriba de lo pautado, a pesar de que la actividad cayó, no se resintió.
Pero sí hubo un efecto de las medidas que anunciaron en IVA y Ganancias.
Sí, desde ya. Esas medidas tuvieron un sacrificio fiscal pero incluso fue un poquito menos de lo que se preveía. Cuando se hace la combinación de inflación, actividad y cambios tributarios, viene en línea de lo esperado.
¿Cómo cierra el programa financiero sin el desembolso del FMI, que estaba previsto para 2019?
El desembolso del FMI está pendiente, no descartado ni confirmado. El programa financiero cierra con los recursos intrasector público, que básicamente son renovaciones. Son recursos propios que tenemos. No va a haber una emisión descontrolada del Banco Central: los límites legales son una cosa, lo necesario, otra cosa totalmente distinta. Podemos decir hasta el 10 de diciembre. Luego será definición del nuevo gobierno.
¿En qué se está traduciendo la transición concretamente?
Hubo un contacto fluido y frecuente previo a las elecciones. Ahora entiendo que el Gobierno electo está definiendo su programa y equipos, nosotros estamos a la expectativa, respetando esos tiempos del gobierno entrante. Estamos a disposición. Hubo algún intercambio de manera esporádica.
¿Las últimas medidas se consensuaron?
Se tomó una sola, la de bajar los controles cambiarios.
También está lo de reducir los encajes remunerados.
Por práctica prudente lo que hacemos es informarles para que no los sorprendan. Sabiendo que era consistente con lo que la oposición había manifestado que era una inquietud para el período pos electoral: que no se pongan en riesgo las reservas ni la estabilidad cambiaria.
¿Qué balance hace de su gestión en el Ministerio de Hacienda?
No hago un balance. Todavía faltan cuatro semanas. Lo importante es que los argentinos fuimos capaces de atravesar una transición electoral que era, a priori, lucía complicada. Los pronósticos después de las PASO eran bastante apocalípticos en términos de los riesgos financieros. Tomamos medidas severas pero necesarias para evitar males mayores. Y fuimos, con la co-responsabilidad de toda la oposición, muy prudentes en la campaña. Lo destaco porque a veces los consensos acá no son naturales. Empezamos una transición política de cambio de mandato hace dos semanas en donde tampoco es fácil en la Argentina, y está siendo institucional. El mayor mérito de los argentinos de estos últimos tres meses fue haber podido elegir y eventualmente cambiar de gobierno sin colapso.
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