Loma Negra vendió el 51% que tenía en la paraguaya Yguazú Cementos. El comprador fue una sociedad vinculada al accionista local de esa empresa, informó la compañía en una nota enviada el viernes a la Comisión Nacional de Valores (CNV).
La mayor cementera de la Argentina, controlada por el grupo brasileño Camargo Correa, no develó el monto de la transacción.
En su balance cerrado al 30 de junio, Loma Negra había valuado a sus activos paraguayos en $ 6007 millones, unos u$s 80 millones al tipo de cambio oficial de esos días. En el primer semestre de 2020, la unidad paraguaya aportó $ 1867 millones de los $ 15.635,2 millones que el grupo facturó. Despachó 260.000 toneladas, una caída del 6,8%, bastante más suave que el desplome del 25,7%, a 2 millones de toneladas, que la cementera de Camargo Correa registró en la Argentina.
En 2000, Intercement, unidad cementera de Camargo Correa, fundó Yguazú Cementos en sociedad con Concret-Mix, una empresa del grupo paraguayo Bogarín. Comenzó como importadora y, por la creciente demanda, construyó fábrica propia en la localidad de Villa Hayes. Hoy, abastece el 40% del consumo de cemento de su país. Después de la compra de Loma Negra a Amalia Lacroze de Fortabat, en 2005, Camargo Carrea la integró a su nuevo activo.
"El objetivo de la Sociedad es buscar y ejecutar proyectos de alto potencial, por este motivo, luego de haber iniciado las operaciones de comercialización en Paraguay en el año 2000, construido y operado la fábrica desde 2013, y alcanzando en la actualidad altos estándares de producción y rentabilidad, hemos finalmente decidido concretar su venta", explicó Loma Negra en su nota a la CNV.
Aunque no develó en cuánto recibirá, consignó que "el resultado obtenido por esta operación es muy beneficioso para la Sociedad y está en línea con la maximización del valor para sus accionistas".
"Los fondos serán aplicados a repagar parcialmente deuda existente y la Sociedad se encuentra evaluando alternativas para retornarle capital a sus accionistas", agregó. Su CEO, Sergio Faifman, y otros de sus ejecutivos –Marcos Gradín, Gerardo Diez y Dardo Damiano– ya renunciaron al directorio de Yguazú Cementos.
El 10 de agosto, Loma Negra informó sus resultados del primer semestre de 2020. Con ingresos 30% menores, a $ 15.635,2 millones, su ganancia neta se redujo 70%, a $ 1038,4 millones. En su balance anual de 2019, facturó $ 32.980,16 millones, una caída del 6%, con una caída del 10% en sus despachos, a 5,4 millones de toneladas. Pero sus beneficios crecieron 39%, a $ 3893,2 millones.
Esto fue, en gran parte, por un drástico plan de reestructuración que implementó. Tras una fuerte caída de rentabilidad en 2018 (47%, a $ 1950 millones) por el impacto del salto de 120% que tuvo el dólar a lo largo de ese año, hizo cierres de fábricas que no estaban previstos: San Juan, Barker (que se reconvirtió en planta de molienda) y Sierras Bayas, la cementera más antigua del país. Además, redujo costos en otras instalaciones.
Con un pasivo que, al 31 de diciembre, ascendía a $ 29.750,2 millones (el 60%, en dólares), su foco fue recomponer caja para asegurarse los u$s 100 millones que necesitaba para continuar adelante con un ambicioso proyecto: la ampliación del 40% de la capacidad de su principal planta, L'Amalie, en Olavarría. La inversión, anunciada en diciembre de 2017, está presupuestada en u$s 350 millones.
"Estamos en un punto en el que es mucho más caro suspenderlo que terminarlo", reconocía Faifman, en diálogo con este diario a fines del año pasado.
Más recientemente, en un Palabra de CEO publicado en junio, el CEO informó que, por la pandemia, la culminación del proyecto se postergó de mediados hacia fines de año. Además, explicó que, desde el punto de vista financiero, la empresa fortaleció su situación de caja para evitar iliquidez. En diciembre, había tomado $ 1000 millones con el Banco Macro para cubrir un vencimiento de deuda de sus obligaciones negociables que tenía en enero. Al mes siguiente, tomó otros $ 1000 millones con el HSBC y u$s 13,13 millones con el ICBC. En mayo, ya en cuarentena, suscribió líneas de préstamos locales, en pesos, a 12 y 18 meses, por $ 3000 millones para Loma Negra (con los bancos ICBC, Galicia y Santander) y $ 1100 millones para su controlada, Ferrosur. En ambos casos, también para refinanciar pasivos de corto plazo.
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