Con el ánimo de comunicar y explicar mejor la delicada situación - de público conocimiento- que está ocurriendo con los fletes internacionales; desde la Asociación Argentina de Agentes de Carga Internacional (AAACI) se plantea en esta nota los inconvenientes que estamos teniendo para pagar al exterior.
Los fletes internacionales y sus servicios conexos son básicos, sin ellos no se pueden mover las importaciones y las exportaciones de materias primas, insumos y productos terminados. La intervención y las restricciones impuestas por el Estado a los pagos de estos servicios atentan seriamente contra toda la actividad del comercio exterior.
Este atentado contra la actividad del transporte internacional es indiscriminado porque afecta a los pagos de todos los fletes internacionales (marítimos, aéreos y terrestres), tanto para las exportaciones como para las importaciones, sin importar el modo, sin importar la mercadería a transportar ni las urgencias.
Sin fletes se paralizará todo y la consecuencia será menos actividad económica y el despido de miles de trabajadores afectados al transporte en primer lugar y a todas las actividades que requieren transportar insumos y mercaderías para producir y vender.
Primero las autoridades limitaron el pago de los servicios conexos al transporte (código BCRA S04) como si éstos no formaran parte del transporte y para poder pagar obligan a tramitar una SIRASE, luego limitaron la forma en que las compañías de transporte y forwarders vinculados con su contraparte del exterior pudieran pagar obligando a cobrar en pesos al terminar el transporte y recién 90 días después poder transferir los dólares al exterior.
Finalmente dieron la estocada final el 18.5.23 con la circular A7771 que obliga a gestionar SIRASE por todos los fletes internacionales (código BCRA S02) y esperar que se apruebe para pagar.
A veces parecería que las autoridades no entienden muy bien cómo funcionan las cosas, por ejemplo, los importadores deben gestionar una SIRA para importar sus mercaderías, solicitan la misma antes de efectuar una compra al exterior, el Estado la autoriza y les informa en qué plazo podrán pagar. De esta manera pueden comunicarle al vendedor las condiciones y este podrá aceptar o no a transacción comercial.
En cambio, con los fletes se cambian las reglas, porque primero se embarca y con el Documento de Transporte (B-L, AWB, Conocimiento Rodoviario) y la factura del exterior se solicita la SIRASE (mientras la mercadería está en viaje), por lo tanto, nadie sabe de antemano en qué plazo se autorizará la SIRASE y posiblemente la mercadería llegue al país o a destino, sin que el flete esté pago. Tampoco se sabe con seguridad en qué plazo se podrá pagar.
Tarde o temprano, nadie embarcará desde o hacia la Argentina, recuerden tenemos mala fama como pagadores y con esto peor.
Por esta situación, hay muchas operaciones en las que se estaría teniendo que cambiar la condición incoterm pactada porque -por ejemplo- las navieras y varias empresas de transporte terrestre no están aceptando que los fletes sean pagaderos en Argentina con lo cual los exportadores cambian sus ventas a FOB o FCA (con flete pagadero en destino) y los importadores deberán comprar C&F o CFR (con flete pagadero por el vendedor en origen).
Las empresas localizadas en Argentina que viven de prestar estos servicios en Argentina con trabajo argentino y que pagan impuestos en Argentina (como los socios de nuestra asociación AAACI) podrían perder sus negocios. Se calcula que los Agentes de Carga o forwarders en Argentina emplean aproximadamente 9.000 personas en el país, pero hay mucha más gente trabajando en las aerolíneas, en las navieras, en los transportes terrestres, etc. Hay que preguntarse: ¿qué pasará con ellos?
Hay un fenómeno económico y es que hay una dolarización asimétrica, porque los fletes internacionales y los servicios conexos se operan en el mercado de cambios MULC mal llamado "mercado único y libre de cambios" porque claramente su nombre no refleja la realidad ni por su valor $250 (comparen con el MEP o CCL), ni por su "libertad" y por otro lado hay otros dólares con una brecha que ronda el 100%.
Hay que preguntarse si en este contexto, no sería mejor liberar el tipo de cambio para el mercado de fletes y servicios conexos, su impacto en el costo sería menor porque se estima que en promedio los fletes internacionales impactan entre un 3% y 8% en el valor de la mercadería y si se liberara el tipo de cambio para estos servicios su impacto en el costo sería de entre un 1,5% y un 4%.
Es posible afirmar que con el descalabro que hay por las regulaciones y la incertidumbre en el pago el impacto de cubrirse por las dudas puede ser mucho mayor.
Por otro lado, y como factor crucial, liberar el mercado de fletes puede permitir que los accionistas de los transportistas y/o forwarders locales y extranjeros, acepten invertir más para garantizar las operaciones; pero quien va a invertir sus dólares $250 frente a la realidad de un dólar a $500.
Desde la AAACI, podemos entender las restricciones actuales de falta de divisas, pero el deseo de las autoridades de controlar todo y autorizar caso por caso se torna imposible con tantas operaciones y las demoras en autorizar las SIRASE afectan el negocio y siempre se podrían prestar a discrecionalidades.
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