En un contexto en el que la liberalización del comercio interbloque tiene como uno de sus ejes la importante baja de aranceles comprometida por la Unión Europea a las importaciones desde los países del Mercosur, ciertamente, la imposición de derechos de exportación generalizados en septiembre de 2018, por razones de estricta estrechez fiscal, resulta a todas luces un contrasentido. Hoy los bienes primarios pagan $ 4 de retención por dólar y los productos con valor agregado (industriales) y los servicios, $ 3.
A esto hay que agregar que también rige desde agosto pasado una reducción de reintegros a las exportaciones, lo que en la práctica supone no recuperar una parte de los impuestos pagados en el proceso de producción.
En este sentido, llamó la atención que el acuerdo incluyera un apartado sobre los derechos de exportación. "Las retenciones forman parte de la negociación, incluso algunos productos tienen un phased out (reducción progresiva) pero también hay una cláusula que permite que ante condiciones de desequilibrios macro, los países podamos recurrir a ese instrumento", señaló días pasados el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, en diálogo con este diario. Y enfatizó: "El acuerdo contempla este tema".
El Gobierno decidió tener un gesto con el campo, sector que fue su principal sostén en el inicio de su gestión. El presidente Mauricio Macri recibió en Olivos junto al secretario de agroindustria, Luis Etchevehere, a los titulares de las cuatro entidades rurales, para explicarles los beneficios que tendrá el agro a partir del acuerdo sellado entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
La aspiración oficial es que tanto productores como empresarios de la agroindustria sean los primeros en aprovechar los beneficios que abre la baja de aranceles. Aunque todavía el pacto debe ser ratificado por los países firmantes, puede convertirse en un motor de inversiones y en un ordenador de las mejoras competitivas que necesita la economía. Hoy será el turno de la industria y del comercio.
Frente a la convocatoria de hoy a empresarios a la Quinta de Olivos, empezaron las especulaciones acerca del contenido de un eventual anuncio. Tanto productores agropecuarios como industriales saben que las necesidades de sostener a rajatabla el equilibrio fiscal comprometido con el Fondo Monetario Internacional hacen inviable pensar en una quita de retenciones hasta el 31 de diciembre de 2020, la fecha comprometida por el Gobierno para levantarlas.
El acuerdo tendría un compromiso de que no haya retenciones a las exportaciones del Mercosur, aunque podría mantenerse para tres o cuatro productos emblemáticos, casi seguro el complejo sojero, que podrían mantener retenciones después de 2021 pero un nivel que podría ser la mitad de lo que tributan ahora.
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