- ¿Cómo es el plan estratégico que le presentó a la gerencia de Aerolíneas?
- Lo primero que vamos a hacer es revisar todo el plan de Aerolíneas Plus, algo que ya está en marcha, porque esos pasajeros frecuentes que nos eligen se merecen más beneficios. Otro foco es la digitalización de todos los procesos internos, pero también de cara al cliente. Sabemos que hay clientes que ya necesitan experiencias digitales y en eso venimos un poco atrás y queremos ser líderes en esa materia también. La tercera pata tiene que ver con ganar competitividad: Aerolíneas es una compañía líder, fuerte, sólida, pero necesitamos ganar dinámica comercial en un escenario más competitivo, así como más eficiencia operativa.
- ¿Cómo se sienten parados hoy frente a las low cost?
Se investiga por irregularidades en su gestión en la Provincia. Para sus abogados, “es muy grave que se lo pretenda enjuiciar por sospechas infundadas”.
- Una de las bendiciones que tiene cualquier compañía es tener un buen competidor, alguien que a uno lo desafíe y lo obligue a mejorar. Más allá de quién sea el que está entrando ahora, internamente nos está generando nueva energía. Aquellos clientes que fueron nuestros, hoy tenemos que defenderlos y ser mejores cada día.
- ¿Se complicó el plan de déficit 0?
- Nuestro plan inicial era el año que viene no tener déficit y veníamos por buen camino. Lo cierto es que la presión del precio del combustible, que es muy fuerte (u$s 100 millones solo en un año, y sigue subiendo) y la caída de los precios en dólares por la devaluación, hacen que este programa demande más tiempo que el que nos hubiese gustado. Este año no mantendremos la secuencia de baja de necesidades de aportes del Tesoro y estamos trabajando muy fuerte para que en 2019 se acerque lo más posible al equilibrio, meta a la que esperamos llegar en 2020.
- ¿Qué pasa con las rutas atendidas con aviones que en un tiempo más saldrán de servicio, como los Airbus 340?
- Lo que nos estamos encontrando es que los vuelos menos rentables no tienen que ver con un destino en particular sino con el vuelo diurno, que son menos rentables porque obviamente la gente prefiere viajar de noche. Entonces de cara a una situación en la que tengamos dos aviones menos, lo que probablemente pueda ocurrir es que terminemos cancelando algún diurno de alguna ruta, y no toda la ruta.
- ¿Cómo es la relación actual con los gremios?
- Bien y mal al mismo tiempo, porque hablamos mucho, hablamos bien, pero no se avanza en ningún sentido. Pedimos cosas, ellos piden cosas y ahí quedamos trabados. Veamos esta situación: el Airbus 340 fue muy caro pero ahora que está al final de su vida útil, no tiene costos. El leasing es casi gratuito, y compensa su alto costo operativo porque tiene cuatro turbinas gigantes. Si a ese avión lo reemplazamos por un avión equivalente pero moderno, el leasing será más costoso. Y nosotros tenemos que encontrar cómo ese avión nuevo vuele la mayor cantidad de tiempo posible. Eso quiere decir hablar con los mecánicos, hablar con los pilotos y hablar con las tripulaciones, de manera de hacer lo más eficiente posible el uso de ese avión
- ¿Cuál es el panorama con Austral?
- Las conversaciones con Austral están yendo muy bien. Se formó una mesa de diálogo en donde no solamente están sentados el gremio de pilotos (UALA), sino aeronavegantes y APTA. Hablamos sobre cuál es la forma en la que creemos conveniente trabajar, volar, operar, de cara a la renovación de la flota, sabiendo que va a pasar algo parecido. Van a ser aviones más competitivos pero necesitamos que estén volando, no en tierra. En Austral, los tripulantes tienen más viáticos que el piloto. Entonces la única forma en que pensemos en una aeronave más grande que pueda volar al exterior, y hacer noche en destino, es que discutamos temas como éste, o como proceder con el vencimiento de las tripulaciones.
- En el Coloquio se habló mucho de transparencia. ¿Aerolíneas avanzó en este frente?
- Estamos desde hace un par de años trabajando en la implementación de buenas prácticas de gobierno corporativo y transparencia de procesos de compra, con balances auditados y publicados. Eso implica que cuando los contratos se cumplen se relicitan, para que no queden prorrogados indefinidamente.
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