Apenas salió al mercado la bolsa era transparente. Tenía como protagonista a un simpático ratoncito amarillo de camisa verde a cuadros y moño rojo. Adentro había un chupetín frutal, pero su gran diferencial era que venía con sorpresa. Desde un soldadito de plástico hasta un espejo en miniatura. El Topolín es una de las golosinas más recordadas para los niños de los 70 y hoy la marca sigue en manos de la familia que la creó. Sin embargo, todavía hay un halo de misterio sobre el verdadero origen de su nombre.
En aquella época eran pocas las golosinas que traían una sorpresa. Más bien eran solamente dos. Por un lado, el chocolatín Jack, cuya idea pertenece a Carlos Fort, hijo del fundador de la chocolatera Felfort, a principios de los 60. Y, por el otro, el Topolín, lanzado al mercado por los hermanos italianos Fantín en los primeros años de la misma década.
Luego, en 1974, aparecería en Italia el conocido Kinder Sorpresa, de Ferrero. Pero en la Argentina el mercado se dividía entre Jack y Topolín.
El origen de la marca
Los Fantín, entre ellos José y Antonio, habían llegado al país en los 50. "Ellos perdieron todo en la guerra y vinieron acá con una mano atrás y otra adelante", recordó Patricia Fantín, hija de José, en diálogo con el programa Retro Argentina por FM 92.1 Megafón. Primero se dedicaron a vender artículos de café y té y galletitas hasta que vieron el potencial del negocio de las golosinas.
"Empezaron a hacer ensayos y pruebas en la cocina de mi abuela mezclando azúcar y haciendo caramelo", agrega Fantín. Una vez que consiguieron el producto deseado fundaron Productos Fantín SAIC. Su primer producto, y la estrella del emprendimiento, fue el chupetín con sorpresa Topolín.
Las primeras versiones eran con bolsa transparente, luego cambiaron a una de papel para ocultar el juguete misterioso que llevaba consigo la golosina. El packaging más tarde mutó a un empaque de celofán y actualmente se vende con envoltorio de plástico.
¿Por qué se llama Topolín?
Existen varias teorías sobre el origen de su nombre. La relación entre la marca y el personaje del packaging es más directa: "topo", en italiano, significa "ratón"; mientras que "topolino" es la manera de referirse a una versión pequeña del roedor.
¿Acaso estuvo inspirado en el Topo Gigio? Esta marioneta fue creada por la artista italiana Maria Perego para el programa de televisión Serata di gala en 1959. Es decir, es anterior al chupetín. No obstante, para esa época los Fantín ya estaban instalados en la Argentina. Y Gigio recién llegó a la TV local en 1968. Las fechas no coinciden.
En cambio, se cree que la verdadera inspiración del nombre no se encuentra en un personaje sino en un automóvil. En 1936 salió al mercado el Fiat 500, el cual por su pequeño tamaño era llamado "Topolino". Este modelo se volvió muy popular por su precio económico y bajo consumo lo que le permitió a muchos usuarios poder tener su propio vehículo aun durante las épocas de crisis.
El chupetín Topolín vivió su boom de ventas en los 70 cuando los Fantín empezaron a producirlo en una fábrica en José C. Paz. Actualmente la golosina sigue siendo elaborada con la misma fórmula y es controlada por la segunda generación.
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