Tras ceder en la puja que había elevado la tensión con el campo y provocó un cese de la comercialización de granos que se extendió por 72 horas, el Gobierno está decidido a dar batalla y morigerar con más controles el impacto de la suba de los precios internacionales de las commodities "en la mesa de los argentinos", como se esfuerza en instalar.
Luego de levantar el cierre de exportaciones de maíz y sustituir el límite de 30.000 toneladas diarias de exportación por un monitoreo del saldo exportable para llegar al empalme de cosecha sin tensiones, este jueves el ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró que el Gobierno avanzará a la brevedad con medidas similares como la que se intentó implementar a pocas horas de finalizar el 2020.
Durante una conferencia académica en la Universidad Nacional de Entre Rïos (UNER), el titular del Palacio de Hacienda dio detalles del programa macroeconómico que trazó el Gobierno para el año en curso y aseguró "hay que trabajar sobre acuerdos para quien produce pueda vender al mundo al precio internacional, mientras acá hay un precio más cuidado, que no refleje la inflación global".
Guzmán justificó que estas medidas deben interpretarse "en un contexto de pandemia", y reconoció un aumento de la conflictividad como parte de la puja distributiva, aunque hizo un llamado a las partes a ceder. "Si cada sector pide reducción de impuestos, bajar el déficit, y que no se le toquen los subsidios, la cuenta no da", avisó.
El ex catedrático de la Universidad de Columbia también reaseguró, en otro tramo de su exposición, que en la medida que la inestabilidad cambiaria se vea superada, el Gobierno relajará el acceso a las divisas, pero descartó "volver a un esquema sin regulación". "Lo que sí tendremos -agregó- es una normativa que facilite la llegada de capitales para la inversión, pero no la inversión especulativa".
También ayer, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Jorge Neme, destacó la actitud del Ejecutivo en distender la tensión con el campo, y la intervención del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), pero repuso que "en el marco de un mercado internacional afectado por la pandemia, es razonable que estudiemos los modos de asegurar la provisión de alimentos al mercado internacional, así como para la mesa de las familias argentinas", y coló la posibilidad de volver a retenciones a las exportaciones, porque "desacoplan parcialmente los precios internacionales del mercado doméstico".
Neme, que trabaja a la par con el canciller Felipe Solá, también deslizó que las retenciones son válidas también para "ciertos productos de demanda masiva en nuestro país, lo que mantiene precios en un nivel accesible para nuestro pueblo".
Las expresiones del funcionario de la Cancillería llegaron para poner paños fríos frente a la polémica que provocaron los dichos de la diputada del Frente de Todos, Fernanda Vallejos, que catalogó como una "maldición" la capacidad productiva en demasía del sector agropecuario.
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