La Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) que elabora mensualmente el Ministerio de Trabajo comenzó a mostrar nuevos efectos del coronavirus. El último informe, que recoge datos hasta marzo, muestra que el empleo registrado del sector privado tuvo una caída del 0,5% en relación al mes anterior.
Para encontrar una contracción más pronunciada en la serie histórica en un mes de marzo hay que trasladarse 18 años hacia atrás, ya que en 2002 -en medio de la crisis económica y social más pronunciada de la historia argentina- la caída fue del 1%. En 2009, en el contexto de la crisis financiera internacional, el deterioro del nivel de empleo en el mes de marzo también había sido de 0,5%.
Este indicador permite ver los primeros impactos de la cuarentena en el mundo del trabajo. Si bien formalmente el aislamiento social y obligatorio se inició el 20 de marzo, varios sectores económicos ya habían comenzado a mermar su actividad en la semana previa. Esta tendencia permite esperar números negativos en la evolución del empleo también durante los meses de abril y mayo, cuando el efecto de la paralización de la actividad fue práctimanente total o más pronunciado en algunos sectores.
Los malos números del mercado laboral recogidos en el último EIL no se explican por suspensiones o despidos, sino a la no incorporación de personal. La tasa de entrada fue del 1,4, y es incluso peor que la de 2002. Hubo, además, menos incorporaciones en marzo que en febrero, la única vez que sucedió en la serie histórica analizada.
Si se analiza por rama de actividad, el sector que más sufrió según el informe fue la construcción, con una caída mensual del 3,1%. A continuación se ubicaron comercios, restaurantes y hoteles, con una retracción del 0,8%. El único sector que creció fue servicios comunales, sociales y personales, un 0,2%.
En relación al tamaño de las empresas, las pymes fueron las que más sufrieron. Las empresas de menos de 50 empleados cayeron un 0,7%. Las que tienen entre 50 y 199 un 0,6%. Mientras que las más grandes, a partir de 200, cayeron un 0,2%.
Estos números del mercado laboral se complementan con lo registrado por la AFIP. En marzo, el organismo detectó 164.475 puestos de trabajo en relación de dependencia menos que en el mismo mes del año anterior. Mientras que en marzo 2019 había 8.045.060, en marzo de este año fueron 7.880.585.
Empresas en crisis
Por otro lado, los efectos de la pandemia y la cuarentena condujeron a situaciones críticas a muchas empresas que derivaron en dificultades en sus respectivas plantillas. Según revelaron desde el Ministerio de Trabajo, desde la semana del 16 de marzo, en la que se anunció el aislamiento, hasta el pasado 8 de mayo, fueron 242 las empresas que ingresaron al mecanismo de procedimiento preventivo de crisis (PPC) solicitando asistencia del Estado para poder mantener a su personal y no declararse en quiebra. Esos planteos involucraron a 35.632 trabajadores.
En el mes y medio anterior a la cuarentena habían sido apenas 30 las empresas que habían ingresado al procedimiento preventivo de crisis, por lo que el ritmo se aceleró notablemente desde ese momento y se multiplicó por lo menos en 8 veces la cantidad de firmas con dificultades.
Mientras tanto, desde el inicio de la pandemia, hay 298 empresas que acordaron suspensiones en el marco del artículo 223 bis de la ley de contratos de trabajo. Es decir, suspensiones por causa de fuerza mayor. Fueron afectados de esta forma 38.695 empleados que trabajan en estas compañías.
Casi 28.000 suspensiones se homologaron entre el 20 y el 30 de abril, en el pico de este fenómeno y previo a la plena vigencia del acuerdo alcanzado entre la Unión Industrial (UIA) y la CGT para fijar un tope del 25% para los recortes salariales de trabajadores suspendidos durante el parate impuesto por la cuarentena. La actividad gastronómica, sumado al transporte y el turismo fueron inicialmente los sectores que más recurrieron a esos mecanismos, en tanto que con el correr de las semanas de encierro se añadieron empresas de seguridad privada, espectáculos y de la industria automotriz y autopartista, entre otras.
Justamente esos datos llevaron al Gobierno a ampliar los alcances de la ayuda a las empresas para garantizar el pago de salarios y disponer, a la par, la prohibición de efectuar despidos durante la cuarentena, medida que vence a fines de mayo pero que el Ejecutivo ya definió que extenderá por un nuevo período y de mínima hasta el 31 de julio. En tanto que la asistencia para salarios ya beneficia a alrededor de 250 mil empresas (algo más de 2 millones de trabajadores) y la intención oficial es lograr duplicar esa ayuda el próximo mes.
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