AGUSTIN SZAFRANKO
Los u$s 2400 millones que Argentina debe abonarle al Club de París en mayo constituyen uno de los principales desafíos que debe afrontar el Gobierno en el primer semestre del año. Ante el complicado panorama fiscal y financiero que atraviesa el país, la intención del equipo económico es sentarse con el grupo acreedor y renegociar.
Pero el Club de París, integrado por 22 países en su mayoría europeos, requiere para discutir un acuerdo que el estado deudor tenga firmado un convenio con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para un mejor seguimiento de las variables macroeconómicas.
De ahí que desde el Ejecutivo se venía poniendo marzo o abril como un plazo deseable para cerrar con el organismo que dirige Kristalina Georgieva.
Pero desde el Fondo matizaron la posibilidad de que el nuevo programa esté listo antes del quinto mes del año y el propio representante argentino ante el organismo, Sergio Chodos, desdramatizó si esto no ocurre al afirmar que "no sería una fatalidad".
No obstante, sin acuerdo con el FMI, la cantidad de opciones de Argentina con el Club de París se achica y debe pagar o defaultear la deuda, hasta arreglar con el Fondo y poder sentarse con el grupo acreedor.
Para los analistas, sin nuevo programa no se abrirá la renegociación con el conglomerado de países. Además, consideran la probabilidad de que se paguen los u$s 2400 millones, que es el monto remanente de una deuda que estuvo 13 años impaga, es baja debido a la poca disponibilidad de reservas y a la falta de fuentes de financiamiento externo ante la agravada situación fiscal.
"No creo que se alcance un acuerdo sin acuerdo con el FMI previo. Tener los dólares los tiene, por ahora. Pero tiene muy poquitos de sobra para seguir si le paga cash al Club de París, dado que hoy tiene cerca de u$s 3000 millones de reservas netas. Por eso creo que el arreglo con el FMI es un componente fundamental de cualquier programa de estabilización que quiera encarar el Gobierno", explicó Juan Ignacio Paolicchi de la consultora Empiria, a El Cronista.
Para Fernando Marull, economista de FMyA, Argentina no tiene fondos para afrontar el vencimiento y, en caso de no tener el programa con el Fondo firmado, deberá buscar demostrar que las conversaciones con el orgranismo que dirige Georgieva está "encaminado". Sino, entrará en default.
Matías Rajnerman, de la consultora Ecolatina, agrega como factor el peso de la deuda dentro de la cartera de cada organismo: mientras que para el FMI las acreencias de Argentina son más del 50% del total de todo lo que tiene prestado, para el Club de París los u$s 2400 millones representan una proporción escasa, lo que deja para la Argentina distintos márgenes de negociación.
Pero en caso de que Argentina no tenga firmado el acuerdo con el Fondo, no pueda convencer al Club de París que la negociación está encaminada ni tiene los fondos para pagar, inevitablemente caerá en default, dado que este año vence la prórroga de pago de dos años que se había establecido en el acuerdo de cinco años firmado en 2014.
En este escenario, para los economistas se complicaría severamente la relación de Argentina con la comunidad internacional y se intensificaría la inestabilidad en el mercado financiero. Se trataría de turbulencias que dejarían un escenario de incertidumbre bastante mayor a la actual porque "el Gobierno ya vendió que habría acuerdo en mayo", argumentó Marull.
Esta dinámica se traduciría en un fuerte incremento del riesgo país, una consiguiente baja en el precio de los bonos y nuevas tensiones en el tipo de cambio que estirarían la brecha entre la cotización oficial y las paralelas, con impacto en los precios y en el consumo.
"No acordar con el FMI ni con el Club de París implicaría pelearse con la comunidad financiera internacional a nivel Estado, no sólo con el sector privado como cuando Argentina negociaba con los fondos de inversión, que la ONU, el propio FMI, los países desarrollados, los académicos a respaldar la posición argentina. En este caso sería un problema a nivel legal y nadie saldría a bancarnos", indicó Rajnerman.
Argentina firmó en 2014 un acuerdo con el Club de París por cinco años para refinanciar el pago de una deuda que estuvo en default desde 2001. El acuerdo a cinco años se comprometía a abonar u$s 9690 millones: u$s 4955 millones de capital de deuda remanente vencida, u$s 1102 millones de intereses expirados y u$s 3633 millones en punitorios.
Tras la presidencia de Mauricio Macri, quedó un monto remanente de u$s 1800 millones, pero el nuevo gobierno de Alberto Fernández tenía la posibilidad de prorrogar hasta mayo de 2021 el pago, pero con una tasa anual de 9%.
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