El recién asumido ministro de Producción, Dante Sica, debutará la semana próxima con uno de los temas que más conoce: el acuerdo automotor con Brasil. A dos meses del último encuentro en Buenos Aires, el comité sectorial integrado por ambos países volverá a juntarse en Brasilia el viernes 29, con el objetivo de avanzar en las negociaciones por la armonización de normas técnicas, pero fundamentalmente con la posibilidad de modificar el acuerdo vigente, que tiene fecha de vencimiento en 2020.
En la reunión de abril, la propuesta llegó de parte del gobierno brasileño. En esa oportunidad, el secretario de Desarrollo y Competitividad Industrial del vecino país, Igor Calvet, le planteó a su par local, Fernando Grasso, renegociar el acuerdo para "caminar el sendero hacia el libre comercio con mayor rapidez". El objetivo de Brasil es aumentar ahora el flex para llevarlo a 2. El flex es un valor que mide los términos de intercambio entre ambos países y que está fijado en 1,5 hasta 2020. Ello implica que por cada dólar que la Argentina exporta en materia automotriz, puede importar 1,5, y viceversa. Hoy ese acuerdo no se está cumpliendo porque las importaciones brasileñas vienen siendo muy superiores que lo permitido y las exportaciones al vecino país recién están comenzando a reaccionar, tras un largo período con baja performance.
Brasil llegará a la reunión con el mismo planteo, mientras la Argentina, que había mantenido una postura inflexible en torno a modificar el acuerdo vigente, evalúa proponer mantener el flex en 1,5 pero extender el acuerdo 2 o 3 años, dijeron fuentes privadas. Además, buscarán firmar un acta de entendimiento sobre armonización de normas técnicas.
De esta manera, le permitiría a las terminales poder dilatar en el tiempo el incumplimiento de los últimos años, evitar la ejecución de las garantías, y aprovechar un cambio en las condiciones de mercado, que las ayudaría para compensar con más exportaciones los desajustes del flex. No sólo porque el tipo de cambio actual alienta las ventas al exterior y retrae las importaciones, sino porque muchos de los proyectos de automotrices que tienen una finalidad exportadora comenzarán a producir recién el año próximo.
Sica tenía previsto mantener un encuentro con el equipo de la Secretaría de Industria ayer, tras su jura como ministro, pero finalmente se reunirán hoy. Allí, el flamante funcionario deberá convalidar o no la estrategia de negociación con Brasil que tiene preparado su equipo. "Hasta ahora hubo un mercado argentino que creció y el brasileño que no reaccionó. Pero las inversiones que te iban a permitir dar vuelta el flex están madurando", dijo una fuente oficial. Desde el sector del autopartismo consideraron estas tratativas por extender el acuerdo como "un intento por patear la pelota para no cumplir con lo firmado". "El Gobierno se ve presionado por el gobierno de Brasil, que a su vez recibe el lobby de las terminales, y también de las automotrices locales", agregó la fuente.
Si bien en los últimos meses, el déficit con Brasil venía creciendo, los números de mayo fueron alentadores porque la depreciación del peso frente al real hizo que se redujeran las compras a ese país. Las importaciones cayeron 19,3% interanual, hasta totalizar u$s 1240 millones, mientras las exportaciones se redujeron 12,7% para rozar los u$s 800 millones. Con respecto al resultado comercial de autopartes, los números del primer trimestre mostraron que las importaciones aumentaron 29,5% interanual, en tanto las exportaciones apenas subieron 6,5% en el período. Así, el déficit bilateral de autopartes con Brasil fue de u$s 454,5 millones en el trimestre, 39,8% superior al de 2017, informó AFAC.
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