La cadena de comida japonesa Sushiclub tiene un objetivo muy claro: ser el líder mundial de su categoría. Sin embargo, para lograr estas aspiraciones, optaron por la vía lenta: crecer de a poco, pero con paso firme.
La empresa desembarcó hace dos meses en Miami, donde abrió un local con un concepto distinto al de la Argentina. La cadena ya había estado en ese mercado, pero se fue en 2019. Ahora llegaron con un franquiciado a la zona de Brickell, con un restaurante más orientado al delivery y el take away.
El próximo paso será abrir su primer restaurante en Chile en los próximos meses. La marca se instalará en Vitacura, en las afueras de Santiago, y estará justo al lado del restaurante La Mar, del reconocido chef peruano Gastón Acurio.
"El plan es crecer lentamente pero de manera sostenida. Cuando abrimos un local nos tomamos el tiempo de ver qué funciona y qué no. Así achicamos la curva de aprendizaje para el siguiente. Muchas veces se aprende más de lo que se hizo mal que de lo que salió bien", dice Tomás Pugliese, gerente general de Sushiclub.
El desembolso necesario para abrir una franquicia en la Argentina va de u$s 50.000 a u$s 180.000. En el exterior, en tanto, puede ser mayor y depende, más que nada, del costo del local y, según agrega Pugliese, eso depende mucho del lugar y de si se trata de un local que ya tenga las habilitaciones. El contrato se firma a 60 meses y la compañía estima que la inversión se recupera en un máximo de dos años.
Expansión internacional
Con la próxima apertura en Chile, la compañía sumará presencia en siete países. Además de la en Argentina y los Estados Unidos, la cadena ya tiene restaurantes en Paraguay, Uruguay, México y España, adonde llegaron en septiembre del año pasado con un local en Málaga.
En sus dos mercados más recientes, Sushiclub ya recibió pedidos de abrir nuevos restaurantes. Sin embargo, la decisión es consolidarse primero y permitir que el franquiciado pueda crecer a la par que la marca.
"Apostamos por conocer bien las plazas en las que nos instalamos y adaptar nuestra propuesta a las demandas de cada mercado. Desde acá hacemos la transferencia del know how del negocio, pero el franquiciado aporta su conocimiento del lugar. Tanto en Europa como en los Estados Unidos queremos que la primera tienda sea una plataforma de lanzamiento. Y después vamos a crecer más lento de lo que la demanda requiere", agrega Pugliese.
Así, el segundo local español llegará recién a mediados del año próximo y se ubicará cerca del primero, en la Costa del Sol. La zona, asegura el ejecutivo, es hoy la puerta de entrada para el mercado ibérico y el europeo en general. Para más adelante, ya están previendo instalarse en Madrid y Barcelona.
De costa a costa
En tanto, en los Estados Unidos la marca ya planifica que habrá una segunda tienda en el segundo semestre de 2025. Aunque la locación todavía no está definida, hay grandes probabilidades de que sea en la costa Oeste, en el estado de California.
"Ya tuvimos conversaciones para abrir un Sushiclub en Roma y en otras ciudades europeas. Pero nosotros queremos crecer sin ansiedad, pero con determinación. Estamos convencidos de que podemos ser la marca de sushi más importante del mundo. Podemos ser líderes en las principales ciudades", dice Pugliese.
El proceso de desembarcar en un país, agrega, no es solo poner un cartel y esperar a cobrar las regalías. En ese sentido, dice que lo primero es encontrar el socio ideal para llevar adelante el negocio. Y después, es fundamental trabajar en la capacitación y acompañarlo en la gestión.
"Hay que transferir la marca y la estructura. Y, además, mantener los valores centrales que te llevaron a ser lo que sos, pero adaptarlos al mercado al que estás llegando, porque las plazas se comportan de manera diferente. Nosotros apostamos por una propuesta de valor cuidada para liderar el segmento con un producto premium", cierra Pugliese.
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