La cuarentena noqueó a la actividad económica. Sin comercios abiertos y sin prestaciones de servicios, gran parte de la población enfrenta dificultades económicas. Con esto en la mira es que el Banco Central (BCRA) postergó los vencimientos de la tarjetas de crédito al pasado 13 de abril y luego lanzó un plan especial de pagos.
Así fue como el lunes hubo vencimientos masivos de los resumenes de las tarjetas de créditos y quienes no llegaron a pagar la totalidad obtuvieron una refinanciación automática. La misma consiste en nueve cuotas fijas a una tasa de 43% (seis puntos porcentuales más baja que la que tenía el mercado) y tres meses de gracia para pagar la primera cuota.
En líneas generales, los expertos aprobaron la medida. La consideraron una buena solución no solo ante el hecho de que algunos asalariados no cobraron el 100% del sueldo y que muchos monotributistas no tienen una entrada de dinero, sino también ante la incertidumbre que existe sobre los ingresos futuros.
Sin embargo, también apuntaron contra algunos puntos de la medida. La tasa, aunque más baja, es cuestionable. Al igual que lo son las "zonas grises" sobre cómo continua la deuda si se hacen adelantos de pagos.
"Esta alternativa descomprime las dificultades presentes. Facilitar la reprogramaciòn de manera automática; en estas condiciones, no parece mala idea", consideró Nicolás González, titular de "El ABC de tu Dinero" y docente universitario. Sin embargo, el especialista recordó también que de esta forma se contrae una deuda por más tiempo y con un Costo Financiero Total (CFT) "que no va a ser menor al 70%".
Al respecto también se manifestó Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas personales: "Dentro de las malas medidas adoptadas por el Gobierno, el plan para refinanciar los saldos de tarjeta de crédito me parece acertado. En negativo, veo que hubo una muy mala comunicación de la medida, ya que ni siquiera los bancos lo entendieron, y la poca transparencia: al día de hoy todavía no se sabe el costo de la TNA o CFT".
En líneas generales, los expertos aprobaron la medida, pero apuntaron contra algunos puntos de la medida. La tasa, aunque más baja, es cuestionable. Al igual que lo son las "zonas grises" sobre cómo continua la deuda si se hacen adelantos de pagos.
La tasa también fue un punto en el que se centró Santiago Bulat, economista de Invecq. "El plan de cuotas, a priori, me parece bien. Aunque yo recomendaría que, el que pueda, pague todo; la tasa sigue siendo elevada, en un contexto en el que no sabemos cómo va a ser la dinámica de la inflación", señaló.
El Central aseguró que, aun con las cuotas ya calculadas, se pueden pagar por anticipado, a partir del momento que el cliente quiera, siempre con el interés del 43%, que se toma hasta el día que se cancela ese monto específico. No obstante, sigue la duda sobre cómo quedará el saldo pendiente.
En su comunicado la entidad informó que en el programa entran "todos los vencimientos que operan en abril", por lo que podría, o no, volver a activarse una refinanciación con las mismas características más adelante. En la City creen que podría mantenerse la medida durante mayo, si la cuarentena continúa vigente para ese momento.
Cabe aclarar que este mismo plan ya existía, pero las tarjetas lo ofrecían con tasas mucho más altas que las de financiación tradicional y a distintos plazos. En definitiva, se adaptó, con mejores condiciones, una herramienta que ya existía.
En principio, cada banco tiene la libertad para instrumentar el financiamiento con las condiciones que dio el BCRA: los tres meses de gracia, las nueve cuotas y la tasa especial.
Esto deja abierta una incógnita: si un cliente quiere adelantar dinero el mes que viene para saldar parte de ese plan de nueve cuotas, ¿qué pasará con el resto de lo adeudado? Porque para pagarlo antes hay que dar de baja el plan, al menos así funcionaban los programas tradicionales. Por ejemplo, en el Plan V de Visa, cuando alguien quería adelantar pagos se daba de baja, se pagaba una parte y luego con el resto se podía volver a tomar otro Plan V. Por eso es que el cliente deberá consultar antes de cancelar deuda, para asegurarse de que si queda un saldo todavía siga vigente la tasa especial.
Finalmente, otro de los aspectos negativos que mencionaron los especialistas fue que la medida abarca solo a las tarjeta bancarias, no a las que otorgan grandes cadenas de supermercados o shoppings; en esos casos las tasas son las anteriores y no se activaron planes de pagos de manera automática. Según González, la consecuencia será ver incrementos en la morosidad de estas carteras.
Tu opinión enriquece este artículo: