Después de fijar su rango de precio a (u$s 44 y u$s 50) para cada una de las 180 millones de acciones emitidas, la plataforma tecnológica de transporte Uber comienza a cotizar hoy en la Bolsa de Comercio de Nueva York, pero el debut se llevará a cabo bajo la sombra varios factores: la mala experiencia de su competidora Lyft, las dudas que existen en el mercado sobre su rentabilidad y, por si fuera poco, las acciones judiciales y marchas por el mundo realizadas por sus choferes. Además de un mercado convulsionado.
Uber Technologies lanzó su oferta pública inicial (OPI) por la que obtuvo u$s 8100 millones. La cifra dejó a la valuación de la empresa por encima de los u$s 80.000 millones, uno de los mayores montos alcanzados en los últimos años, aunque menor al cálculo inicial, que rondaba los u$s 100.000 millones.
"Uber participa de la revolución global de los negocios desarrollados tecnológicamente. Su presencia, si bien es conflictiva en algunas plazas, creo que llegó para quedarse y expandirse. Simplemente porque responde a una necesidad concreta tanto de la oferta -fuente de trabajo independiente- como de la demanda -delivery mas fácil y servicio a menor costo. Por tanto, si bien puede considerarse aun un start up global y veremos como se consolida sus planes de desarrollo, las perspectivas son promisorias", opinó Gabriel Holand, director de HR Global.
Por su parte, Sebastián Maril, director de FinGuru prefiere esperar: "Yo esperaría que transcurrieran un par de días. Hoy (por ayer) es el pricing; mañana (por hoy) ya estará cotizando. Si me guío por Lyft, que salió dos meses atrás, no compro". En la misma línea, recordó: "Generalmente los IPOs ajustan los precios".
Es que el mercado tiene muy presente el problemático debut del mayor rival de Uber, Lyft, empresa que perdió casi 20% de su valor desde su salida a la bolsa en marzo. En un mercado complicado, Uber buscó cerrar un número bajo con inversores más bien institucionales, con el objetivo de evitar una caída similar en el precio.
Las huelgas que se realizaron el miércoles expusieron aún más un dilema para las empresas de viajes compartidos, que enfrentan desafíos de reguladores y operadores de taxis tradicionales por utilizar un modelo de negocios basado en contratistas independientes. Un grupo se manifestó fuera de la Bolsa de Nueva York, donde Uber cotizará sus acciones.
Manifestaciones similares tuvieron lugar en Boston, Chicago, Los Ángeles, San Diego, Washington y en San Francisco, donde nació Uber.
También se llevaron a cabo protestas en Reino Unido, en donde conductores en Londres, Birmingham, Nottingham y Glasgow hicieron un llamado a cerrar las sesiones de la aplicación y manifestarse fuera de las oficinas de Uber.
Por su parte, este tipo de compañías sostienen que los conductores son capaces de prosperar y mantener su flexibilidad laboral, y que su modelo de negocios no funcionaría si los conductores fueran tratados como empleados con salarios fijos.
El aplanamiento en el meteórico ascenso de la empresa puede ser motivo de preocupación entre los inversores. El negocio de Uber abarca desde la reserva de automóviles y la entrega de alimentos en varios continentes hasta la reserva de fletes y los taxis voladores, y se dedica a la investigación de la tecnología de conducción autónoma. Y si bien presenta un modelo novedoso, lo cierto es que la compañía no consigue todavía reportar ganancias, ya que gasta mucho en subsidios para atraer a conductores y pasajeros.
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