Tras las maratónicas reuniones que culminaron el viernes con el acuerdo Mercosur-Unión Europea, y las celebraciones posteriores, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, llegó ayer por la mañana al país, pero no tuvo tiempo para descansar, ni recuperarse del jet lag. Hoy mismo, junto a su equipo, después de extender los festejos al gabinete nacional en la Casa Rosada, comenzará la convocatoria a referentes del sector privado de la industria y el agro -en ese orden- para entregarles precisiones sobre lo firmado.
El acuerdo ya estaba prácticamente cerrado el jueves por la noche. Los últimos planteos del Mercosur sobre cuotas y acceso a mercados fueron para el arroz, un pedido de Uruguay; el azúcar por parte de Brasil, y vinos y carne por parte de la Argentina, aunque este último punto involucra todo el bloque, confió ayer Sica a El Cronista.
El ministro deslizó que la UIA estaría en la primera línea para un encuentro entre los equipos técnicos del Ministerio y de la entidad fabril, aunque -dijo- "nadie desconoce qué estábamos negociando, esto tiene que quedar en claro". Pese a ello, admitió que a último momento se cierran temas y "no se puede estar llamando para consultar, para eso estamos los ministros, que tomamos las decisiones".
Mientras aguardaban la convocatoria formal, los empresarios hicieron público su apoyo, pero con advertencias. Una alta fuente de la UIA señaló a este diario que seguían a la espera de la letra chica. "No estamos en desacuerdo, al contrario, pero tenemos que saber qué y cómo se negoció". Reconoció que el Gobierno los llama y los consulta, aunque la entidad planteó objeciones como el tema de los subsidios.
Jaime Campos, presidente de la Asociación Empresaria Argentina, se mostró más conforme que el resto señalando el acuerdo es una decisión "muy importante en el proceso de reinserción de nuestro país en el escenario internacional. Desde AEA subrayamos la significación de una negociación internacional inteligente para el desarrollo de la Argentina", indicó.
Daniel Pelegrina, titular de la Sociedad Rural, señaló que haciendo la salvedad de que aún no se conocen los detalles, el acuerdo "a priori, mejorará el acceso de un número importante de productos argentinos de distintos sectores al mercado europeo" e hizo referencia que la UE importa alimentos por u$s 650.000 millones al año.
El titular de la Copal, Daniel Funes de Rioja, hizo referencia a que esta firma hace que el Mercosur "vuelva a cobrar entidad de bloque regional" de cara a otros posibles acuerdos con otros bloques. Además, "que es un logro en términos políticos" y que habrá que evaluarse los "potenciales resultados" en función de la letra chica y su implementación. El abogado aclaró que la Argentina "necesita una macro estable para que las condiciones de competitividad se vayan alineando a la de los países centrales europeos con los que estamos en este acuerdo de integración comercial".
Marcelo Fernández, titular CGERA, que agrupa a sectores sensibles como calzado, juguetes, ópticas e indumentaria, también pidió ver "la letra chica", porque en la negociación "no estábamos de acuerdo con la facilidad que van a tener las empresas europeas industriales, porque vamos a tener una competencia desleal".
En especial se refirió a la moda, porque por contraestación "van a mandar productos a precio de remate, que ya son excedentes". Otro punto es el de los certificados de origen."Muchas europeas son importadoras y no productoras y nos llegaría con certificados de origen de la UE, sin impuestos", advirtió.
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