La aerolínea Flyest, nacida en junio de 2017 a partir de la ex Sol Líneas Aéreas, renegoció el 90% de su deuda con proveedores, fuera del concurso, y ahora conversa con dos potenciales grupos de inversores para vender el 50% de la compañía, de modo de hacerse con el capital necesario para el despegue post pandemia.
La firma, que pertenece en un 51% a accionistas argentinos de la ex Sol y en un 49% a la española ILAI (con participación en la aérea ibérica Air Nostrum, entre otras), había solicitado el pasado 3 de junio la apertura del concurso de acreedores, por sus deudas con proveedores, pero finalmente la terminó renegociando por fuera, a través de una APE (acuerdo preventivo extrajudicial). La decisión de negociar por fuera se debió a que, en la segunda semana de julio, había firmado un preacuerdo para vender el 100% de la empresa a inversores argentinos, pero la operación finalmente se cayó días después.
“Necesitábamos reestructurar la deuda y consideramos que el concurso era el mejor marco. Pero, como firmamos un preacuerdo de venta, salimos del concurso y logramos reestructurar la deuda por fuera, con el 90% de los acreedores, y seguimos negociando con el 10% restante. La postergación a septiembre para el reinicio de los vuelos y la gravedad de la crisis asustaron a los inversores y se cayó la venta; la empresa volvió a manos de los accionistas previos”, explicó Juan Maravilla, director de Planeamiento de Flyest, a El Cronista.
Ahora, negocia la venta del 50% de los acciones de la compañía con dos grupos empresarios a la vez: uno de la industria aérea y otro de la hotelera. “Buscamos traer accionistas para aportar capital a la empresa, para enfrentar esta crisis por la pandemia. Estamos abiertos también a vender el 100% de la compañía si hay una oferta, pero la intención es sobrellevar la crisis con aporte de capital, porque los ingresos se desmoronaron”, explicó Maravilla. “Los dos grupos interesados quieren ingresar como socios, para mantener la expertise de Air Nostrum, que en Europa tuvo que reducir la operación por la pandemia, muy afectado por la parálisis del sector aéreo y del turismo. De ahí que necesitamos capital para volver a volar”, comentó.
La aérea cuenta con dos jet Bombardier CRJ-200, de 50 plazas, bajo leasing, uno de los cuales quedó varado en España por la pandemia, país al que lo habían enviado para un mantenimiento mayor, pero prevén regresarlo cuando vuelvan a levantar vuelo.
En su inicio, en junio de 2017, con la recertificación como explotador aéreo de Sol, había anunciado una inversión de $ 697 millones, con el plan de tener cuatro aviones y 120 empleados. Pero, finalmente, tuvo dos. Entonces, la empresa comenzó a operar vuelos regulares desde el Aeroparque Jorge Newbery a las ciudades de Santa Fe, Sunchales y temporalmente a Reconquista; además, operaba vuelos chárter a Montevideo y Punta del Este para un grupo hotelero y otras empresas y, también, en cabotaje y a la región, era quien trasladaba a los principales equipos de fútbol argentinos. Hasta el concurso de junio, contaba con 42 empleados, pero debió reducirlos a 26 semanas atrás, ante el pedido de los inversores que habían firmado la compra por el 100%, que finalmente se cayó.
Si bien los vuelos regulares se suspendieron desde fines de marzo por el decreto presidencial, Flyest pudo mantener algunos ingresos desde entonces, operando chárter para empresas mineras y petroleras y otros a Uruguay, Chile y Brasil para repatriar argentinos. “Si bien es mínimo, frente a los ingresos previos al coronavirus, nos permite obtener algo de caja para poder subsistir. Al ser aviones chicos y tener una estructura pequeña y ordenada, tenemos más margen para sobrellevar la crisis que otras aerolíneas”, explicó Maravilla.
La empresa apunta a operar vuelos complementarios, en rutas de baja densidad (en sus aviones de 50 asientos), que aporten pasajeros a otras aerolíneas con aeronaves grandes y que operan rutas troncales. “En la Argentina hay un potencial para una aérea como la nuestra; no somos una compañía low cost, con aviones grandes, tránsito masivo y bajas tarifas, somos una aérea pequeña, ideal para complementar los vuelos de las grandes, operando en rutas con poco tráfico, algo que no puede hacerse con aeronaves grandes por cuestiones de costos”, explicó Maravilla. “Flyest nace de Sol, que trabajó con un acuerdo de complementariedad con Aerolíneas Argentinas para conectar zonas de baja densidad, a costos razonables. Es una forma de optimizar recursos y contribuir a descentralizar las redes de vuelos, federalizarla, con recorridos regionales sin tener que pasar por Buenos Aires”, agregó.
Ahora, sólo resta ver si logra cerrar una de las dos negociaciones con grupos de inversores, para ver si ingresa con el 50% una compañía aérea o un grupo hotelero para aportar capital.
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