Mientras reiteran sus reclamos por menor carga impositiva y estabilidad de reglas, las petroleras trabajan en continuar bajando los costos de Vaca Muerta para adaptar a sus proyectos de hidrocarburos no convencionales a un mundo de precios bajos y menor demanda que promete el mundo pospandemia.
“Estamos muy confiados en poder ser competitivos con los niveles de precios actuales”, aseguró Pablo Iuliano, vicepresidente de Upstream No Convencional de YPF. El ejecutivo participó en el webinar Energy Day, del sitio especializado EconoJournal, y compartió panel con Daniel De Nigris, country manager de ExxonMobil; Juan Garoby, COO de Vista Oil & Gas; y Gustavo Hock, director de Operaciones en la Argentina de Pluspetrol.
YPF planea elevar su producción 30% en 2021, lo que implicará tener entre 15% y 20% más de pozos que en 2019, dijo Iuliano. Pronostica un barril internacional entre u$s 40 y u$s 50. “Nos tenemos que preparar para ese desafío”, reconoció. Refirió que, en sus desarrollos masivos, la empresa ya tiene bloques pequeños que le permiten ser competitivos en ese rango. “El desafío es llevar eso al resto de la cuenca y obtener un modelo que nos haga resilientes a un escenario de precios bajos que no creemos que cambie en el futuro”, añadió.
“Tenemos que apuntar a meternos dentro de una ventana en la cual nuestros proyectos puedan funcionar con break-evens inferiores a u$s 30 por barril. Ese es el objetivo que nos hemos planteado”, agregó.
Cuando asumió su cargo, el actual CEO de YPF, Sergio Affronti, inició un plan para reenfocar a la empresa hacia su core, la producción y comercialización de hidrocarburos, con un fuerte foco en eficiencia de costos. Iuliano reseñó, entre las medidas tomadas, la revisión de todos los contratos. “Permitió identificar nichos de ineficiencia. Revisamos casi el 65% de los contratos. Gracias a eso, logramos proyectar una reducción de costo-pozo de entre 20% y 30%”, comentó.
Se refirió también a la importancia de los acuerdos de competitividad alcanzada con los sindicatos y a la necesidad de trabajar en conjunto con otros jugadores para reducir los costos de Vaca Muerta con iniciativas conjuntas. “Algunos ejemplos muy sencillos: unificar la arquitectura de pozos. Permitirá unificar la forma en que contratamos servicios. Compartirlos evitará los costos de stand-by: el proveedor que no trabaje porque uno para podrá hacerlo para otro productor. Tenemos que apuntar a eso: YPF no la va a desarrollar sólo YPF”, explicó.
YPF apunta a tener costos de desarrollo de entre u$s 8 y u$s 9 por barril. “Es competitivo con los Estados Unidos. El Permian tiene mejores costos que eso. Pero se pueden alcanzar: la productividad de la roca en nuestros bloques centrales es muy buena y tenemos un mejor conocimiento del subsuelo”, apuntó Iuliano. YPF, agregó, ya alcanzó una reducción del 15% en el costo de perforación y de entre 20% y 30% en los de todo el proceso de construcción de un pozo.
“Volver a precios de u$s 60 el barril sería muy bueno para la industria en general. Pero hoy estamos hablando de un break-even en torno a los u$s 40”, señaló, por su parte, Garoby, de Vista.
“Nadie duda del potencial de Vaca Muerta como recurso. El interés del inversor está intacto. Pero, en el último año, se gestó una suerte de tormenta perfecta, entre una pandemia global y las dificultades económicas del país. Aun así, es la mayor oportunidad que tiene la Argentina”, aseguró el ejecutivo de la petrolera que fundó Miguel Galuccio.
En tal sentido, agregó: “El mayor desafío es generar los incentivos correctos para una inversión sostenida, que permita vencer la barrera del autoabastecimiento y generar saldos exportables de manera sustentable”.
“Si la pandemia tuvo algo bueno, fue que nos hizo explorar los mercados de exportación. El crudo de Vaca Muerta ya fue testeado”, destacó.
Visión similar tiene ExxonMobil, que envió crudo de Vaca Muerta a los Estados Unidos. “Ya empezamos a ser conocidos en distintos mercados. Pero tenemos que continuar trabajando para acceder a los capitales necesarios para tener un desarrollo masivo de Vaca Muerta”, distinguió De Nigris.
“Cuando hablamos de exportaciones y de estar en el mercado internacional, las reglas (precio, lugar y forma de entrega) ya están establecidas. Es necesaria la previsibilidad en el tiempo. Tener algún régimen o marco de estabilidad que tenga precios asociados a los mercados internacionales”, resaltó.
La Argentina es el primer lugar fuera de los Estados Unidos donde ExxonMobil invierte en shale. En el país tiene cinco bloques en Neuquén, con más de 300.000 acres, y, en diciembre de 2018, incorporó a Qatar Petroleum como socio estratégico. “Parte de nuestra estrategia de mediano y largo plazo ha sido poder ser competitivos para competir por capital en el portfolio de ExxonMobil”, explicó el CEO.
Los actuales niveles de productividad por pozo le permiten ser optimista, expresó. “Ponen a Vaca Muerta como recurso de calidad mundial. El próximo objetivo va a estar dado por tener condiciones estables de competitividad”, anticipó.
“La industria global está pasando un momento en el que la destrucción de demanda, la necesidad de ajustar costos, impacta en todos los países. Pero, a mediano y largo plazo, la demanda, la necesidad de satisfacer con eficiencia las necesidades energéticas del mundo, seguirá estando. Es importante que podamos ser competitivos”, resaltó.
Señaló, en consecuencia, la necesidad de “lograr un marco de estabilidad para las inversiones de largo plazo porque implica desembolsos de capital enormes; esas condiciones de estabilidad son las que permitirán dar la competitividad al proyecto”.
Valoró las señales que se dieron en los últimos años, en relación a que la Argentina tenga un marco regulatorio competitivo. También, los acuerdos gremiales y algunas facilidades para la importación de equipos. Pero advirtió sobre otros temas. “Para competir por mercado internacional, todo impuesto o tarifa puesto a la exportación genera reducción en la posibilidad de competir. También, poder llegar lo más eficientemente posible a punto de embarque. Y, después, como todo inversor, la posibilidad de invertir y poder retornar dividendos a los accionistas es un elemento fundamental para tener una cadena permanente de inversión de largo plazo”, añadió.
“Sobre todo, en no convencionales, que tiene un ciclo corto. Normalmente, son las inversiones que más reaccionan. Tanto a la suba como a la baja, cuando cambian las condiciones”, puntualizó.
Tu opinión enriquece este artículo: