Girasol: la estrella del momento
Según datos de la Bolsa de Cereales de Córdoba, el girasol alcanzó 47.800 hectáreas sembradas y 46.800 hectáreas cosechables, mostrando un crecimiento explosivo interanual del 70% al 73%.
Aunque el avance de cosecha recién llega al 2%, el cultivo registra un rinde promedio de 20,1 qq/ha, apenas 1% por encima del año pasado, pero 10% superior al promedio histórico.
La producción estimada asciende a 93.900 toneladas, lo que implica un aumento interanual del 72%. Pese al buen desempeño, el cultivo no estuvo exento de complicaciones: se observó un deterioro progresivo en la condición general, con más lotes regulares y malos debido al estrés hídrico y térmico. Además, se registraron casos moderados de roya negra (Puccinia helianthi) en la zona de Colonia Alpina.
Soja y maíz, casi sin avanzar
Mientras el girasol despega, soja y maíz continúan con siembras muy limitadas, condicionadas por la falta de agua y el calor extremo.
Aun así, el estado general de ambos cultivos se mantiene mayoritariamente entre excelente y bueno, gracias a que los pulsos de inestabilidad permitieron sostener la condición de los lotes que ya estaban implantados.
En cuanto al aspecto sanitario, no se reportaron plagas de importancia en soja. En maíz, se observaron presencias leves de chicharrita (Dalbulus maidis) en lotes de maíz primavera y algunas detecciones puntuales de cogollero (Spodoptera frugiperda).
Sorgo: avanza, pero no alcanza el promedio
El sorgo muestra un progreso de siembra algo mejor que el de soja y maíz, pero aún por debajo de los promedios históricos. El cultivo se encuentra mayoritariamente en estadios vegetativos intermedios, con niveles medios de cogollero, que obligaron a realizar aplicaciones en algunos lotes.
Un cierre condicionado por el clima
Mientras la siembra estival espera un cambio de escenario hídrico para repuntar, el girasol se consolida como la principal fuente de alivio productivo en la provincia.
Con rendimientos que superan los promedios y una producción muy superior a la del ciclo pasado, el cultivo aporta optimismo en un año marcado por el estrés climático y la incertidumbre.
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