Leonardo González (31) es parte de la cuarta generación de la tienda Los Vascos, una de las empresas familiares más longevas de la provincia de Córdoba.
Con más de un siglo de historia, esta tienda fundada en Oncativo en 1918 por Domingo Gonzales Paz, inmigrante español, es un ejemplo de permanencia, en un mercado donde la mayoría de los negocios familiares desaparecen tras la tercera generación.
La historia de Los Vascos no se detuvo en Oncativo. Durante los años de crecimiento, Domingo abrió sucursales en las localidades cordobesas Sacanta, Balnearia y Las Junturas. Con el tiempo, y por distintas razones, fueron cerrando, hasta quedar solo el negocio de Las Junturas y el de Oncativo, que es el más veterano.
En el escritorio de la oficina Leonardo sostiene un pesado libro contable de hace un siglo, donde se registraban las operaciones diarias del negocio. El libro es, además de un testigo del pasado, una metáfora del cuidado con que esta empresa fue gestionada por cuatro generaciones.
Este tipo de tradición también puede verse reflejada en una carta manuscrita de 1945, donde Domingo instruía a su personal a tratarse de “usted”. “Esos siguen siendo los valores de la empresa: seriedad y respeto”, dice Ricardo González, nieto del fundador y parte de la tercera generación a cargo del comercio junto a sus hermanos.
Adaptarse, sin perder la esencia
Los Vascos es un ejemplo de cómo las empresas pueden mantenerse fieles a su esencia mientras se adaptan a las demandas del mercado. A lo largo de las décadas, el negocio diversificó su oferta, pasando de ser una tienda de ropa a incluir artículos del hogar y pesca en los años noventa.
Sus dueños aseguran que mantener reglas claras y un compromiso firme con los valores originales de la firma fue un factor clave para la longevidad del negocio.
A pesar de las modas cambiantes, y la irrupción del comercio digital, aún hoy la tienda sigue apostando por la elegancia atemporal.
Pese a los cambios en el comportamiento del consumidor, Los Vascos sigue siendo un punto de referencia en la ciudad. Y no solo como un punto de venta, sino también como testimonio de la capacidad de las empresas familiares para perdurar a lo largo del tiempo.
Tu opinión enriquece este artículo: