Más de 10 mil personas recorrieron en cuatro días la “Expo Educativa y Cultural” de Villa del Rosario. La propuesta para este año, que se desarrolló el segundo fin de semana de octubre, contempló actividades interactivas y experiencias sensoriales, con la incorporación de nuevas tecnologías.
Esta iniciativa surgió hace 12 años, vinculada a las patronales de esta ciudad del departamento Río Segundo, que se celebra el primer fin de semana de octubre.
Originariamente se inició como una tradicional “feria del libro”, un espacio donde se ofrecía material de lectura y se realizaban talleres.
De a poco el evento fue mutando hasta convertirse en una expo cultural y educativa con actividades para todas las edades. La edición de este año fue un lujo, ya que contó con experiencias interactivas y actividades sensoriales que incluyeron conciertos a oscuras en la tradicional iglesia de la ciudad.
La voz de los más chicos
Diego Cugat, secretario de Juventud, Deportes, Cultura y Turismo de Villa del Rosario, contó cuál es el espíritu de la feria: “Hace 5 años, le cambiamos el nombre a la antigua feria del libro, para abrir el abanico y poder incorporar distintos espacios educativos y culturales”.
Si bien continúan los stands con libros y materiales educativos, ahora se suman presentaciones, talleres, artesanos y charlas.
Las escuelas de la localidad presentaron el producto de tres proyectos educativos que trabajaron los alumnos durante el año.
Por una parte, los estudiantes de nivel medio crearon programas radiales de tres horas, con contenidos seleccionados por ellos mismos. La primaria realizó un diario de 16 páginas llamado “El Mundo en Colores”, mientras que los peques de nivel inicial expusieron 500 fotos en blanco y negro con retratos de ellos mismos (con sus familias) en escenarios ambientados en el pasado.
Experiencia sensorial
Con el objetivo de abarcar públicos de todas las edades y turistas de otras localidades, en esta edición se realizaron actividades interactivas.
Los talleres de arte culinario incorporaron elaboración de pastas, mientras que otros terminaban con una degustación de vinos.
Los más pequeños pudieron disfrutar de obras de teatro y talleres, como el de armado y pintura de macetas de cerámica.
Un espacio paralelo llamado “universo mágico” se desarrolló en una carpa gigante. “Generamos un espacio donde había luces de neón. Los chicos adentro iban pintando con flúor todos los planetas y las estrellas. Con todos esos elementos, parecía estar inmerso en un universo que te que te envolvía”, contó Cugat.
Otro de los espacios fue una gran carpa de lectura, que contenía sitios donde los chicos podían tirarse a leer. Telas blancas, almohadones y osos estimulaban a los niños a que tomaran un cuento y se sentaran a disfrutar de la lectura.
Presencia femenina
La sexta muestra del Museo Rodolfo Rivarola conmemoró a un grupo de artistas mujeres. La exposición se llamó “revolución de las musas” y contó con obras históricas y contemporáneas.
En la expo también se desarrollaron charlas y talleres, entre las que se destacan la presentación del médico Carlos Presman y la actividad para emprendedores realizada por Paula Montes. Esta última convocó a 60 personas.
“La idea fue transformar un espacio que antes era cerrado y selecto en algo abierto para todo el público. Estamos muy conformes con la convocatoria y vamos por más”, dijo Cugat.
Para coronar, una de las actividades más convocantes se realizó en la iglesia principal. “Silencio en la basílica” consistió en una experiencia sensorial en la cual los participantes iban recorriendo el espacio a oscuras.
En distintos rincones de la iglesia, músicos con sus instrumentos iban guiando a las personas, que escuchaban canciones sin poder ver. Cuando en un momento sonaron las canciones de los Beatles, las 150 personas que recorrieron la iglesia a oscuras activaron a pleno el sentido del oído.
El éxito de esta convocatoria sirvió de gran incentivo para volver el año que viene con todo, finalizó Cugat.
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