Es la única duendóloga rioprimerense y aunque comenzó hace apenas un par de años -luego de la pandemia- sus duendes rápidamente se ganaron un lugar porque (afirman los que saben) son "especiales".
Hemilce logró desarrollar un modelo "muy personal" que fue perfeccionando: "En Buenos Aires hay mucha variedad de muy amplias gamas, todos los profesores son de allá. En cambio en Córdoba no está muy difundido todavía", comienza contando la mujer que expuso sus obras en Emprende-Río, la muestra que lleva a cabo la Municipalidad de Río Primero una vez al mes, para que los emprendedores y artesanos locales puedan darse a conocer y comercializar sus productos.
La mujer junto a su esposo Javier, comenzaron a recorrer distintas ferias y exposiciones de la provincia y luego comenzaron a desandar el país: "Todo fue por casualidad después de la pandemia", afirma mientras busca al primer duende que hizo: "A este no lo vendo, tiene nombre y todo, lo llevo conmigo a todos lados donde voy", cuenta.
Sobre cómo comenzó con la duendología, Hemilce relató: "Estábamos en pandemia y un día viendo el teléfono me apareció un duendecito. Me generó curiosidad por saber cómo se hacía pero no tenía ni idea de trabajar con porcelana, ni alambre, ni nada... Apenas abrieron un poco, salí a comprar lo que me hacía falta y empecé una noche: me puse, lo modelé, y me gustó como salió", detalla orgullosa por el trabajo final.
Hemilce no usó pigmentos sino colorantes para torta, los ojitos son unos falsos strass pintados, la barba es un trozo de un tapado de piel de su suegra, y con las telas con las que hacía barbijos le hizo la ropa.
"Cada vez que vendo un duende, yo me despido de él porque es como se va un pedacito de mí ahí. Es un trabajo muy personal, muy artesanal, y quien lo compra también siente esa energía", sostiene la artista cuyo stand se destaca entre todos los demás porque pese a la gran cantidad de duendes, no hay ninguno que se repita. De verdad, son modelos únicos.
Con el sueño de poder llegar al sur del país donde la duendología está más afianzada y hay un mayor conocimiento de la misma, siguen avanzando día a día, recorriendo las distintas ferias de la provincia.
Cuentan los que saben que todos deberíamos tener un duende en casa para que traiga mucha felicidad, salud, trabajo y suerte en el amor. Cuando alguien se lo lleva a casa debe ponerle un nombre y saber que no es uno quien lo elige, sino que ellos te eligen. ¿Será?
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