La historia de Selec es de esas que inspiran. La firma de abertura de aluminio y PvC, con apenas dos años en el mercado, supo transformar una vieja fábrica cerrada en una empresa potente.
Todo empezó quizás de casualidad. Esta historia tiene dos nombres propios claves: Carlín Albornoz (31) y Leo Boehler (34). Dos amigos de Costa Sacate que desde hace dos años también son socios.
“Estábamos comiendo en la galería de la casa de Carlín. En el patio vi unas aberturas abandonadas y en broma le propuse que las usáramos para cerrar el quincho”, cuenta Leo. A los pocos días se pusieron y lo hicieron.
Tras ello, Leo pensó que ambos se podían dedicar a esto. Se lo propuso a su amigo y a los tres días le respondió así: “Ya tengo el nombre y el logo de la empresa”.
Todo ocurrió en 2020, en plena fase de aislamiento por la pandemia de covid-19. Entonces Carlín era distribuidor de baterías, y Leo, repartidor de encomiendas. Aunque ambos tenían algo de experiencia en el rubro aberturas.
En julio de ese año se decidieron a dejar sus empleos y alquilaron una vieja fábrica de aluminio en la ciudad de Pilar, que llevaba cerrada varios meses. Un galpón de 80 metros cuadrados.
Crecimiento exponencial
“Empezamos los dos solos. Leo armaba las aberturas y yo vendía”, cuenta Carlín. En ese tiempo también encararon un pequeño estudio en las fábricas de la zona con el propósito de distinguirse en la comercialización.
Apenas siete meses después inauguraron su primer local de venta al público en Costa Sacate. Y tiempo después otro en Concordia, Entre Ríos.
También tienen locales en Villa María, Las Varillas y el último viernes abrieron otro en el barrio Cerro de Las Rosas, en la ciudad de Córdoba. “Pronto vamos a inaugurar el de Tanti”, señalan.
Sus aberturas se venden en Córdoba, Santa Fe, La Rioja y Entre Ríos. Y, según dicen, no tienen techo. “Queremos ser la fábrica más grande de Córdoba y apuntar a ser una de las más grandes del país. Por eso estamos trabajando fuerte en la captación de nuevos mercados”, señala Leo y acaso revela el espíritu de la empresa. Los mueve, dicen, una idea: no le temen al crecimiento.
Modelo
La firma empezó basando su modelo de negocio en distribuidores repartidos en la provincia de Córdoba. Especialmente trabajaban con ferreterías. Eso les abrió el mercado.
Pero el momento bisagra llegó cuando dieron un volantazo y comenzaron a trabajar con empresas constructoras. “Esto fue lo que nos hizo crecer. Nos dio volumen”, revela Carlín.
Así, Selec pasó de tener cinco empleados a los actuales 30. Y se mudaron del viejo galpón de 80 metros cuadrados en Pilar a otro de 1.200 metros cuadrados en Costa Sacate, al que poco tiempo después le anexaron otro de 1.400 metros.
Entre su nutrida cartera de clientes, señalan algunos: Márquez y Asociados, Roggio y Mader House.
“La verdad que manejar la empresa es un gran desafío. Confieso que al comienzo no creí tanto en el proyecto”, dice Carlín y asume su error de cálculo.
Ambos coinciden en que, a nivel personal, la vida les cambió mucho. “Tenemos más responsabilidades, y eso nos exige creer más en nosotros mismos”, enfatizan.
Tres claves
Según cuentan a Infonegocios, una de las claves fue la diversificación. “Y también la acción. No nos podemos quedar quietos”, apunta Carlín.
Además, destacan que supieron cambiar a tiempo. “También somos una de las pocas empresas de Córdoba que fabricamos PvC”, señalan.
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