Calles sin señales: ¿mejoraría el tránsito o aumentaría el caos?

Imaginar un hipotético escenario de una ciudad sin señales suena a desvarío. La primera respuesta –en caliente- sería la imposibilidad de transitar por una ciudad sin carteles viales, sin indicadores visuales. Si la sola falta o rotura de un semáforo complica notablemente la circulación de vehículos, ¿Qué podría esperarse del tránsito vehicular en un imaginario escenario como el planteado?

Por lo pronto no es tan imaginario ya que algunas pocas ciudades de Europa lo han puesto en práctica aunque, debe decirse, se trata de conglomerados de baja cantidad de vehículos, lo cual ayuda al éxito del experimento.

Ahora, si analizamos un poco más fríamente la propuesta y tenemos en cuenta que, según estudios realizados, no respetamos el 70 % de las señales existentes, no suena descabellado.

Todos sabemos que en una rotonda tiene prioridad el que transita por ella, que en una bocacalle tiene prioridad el que va por la derecha, que no se puede girar a la izquierda en una avenida de doble mano sin semáforo de giro. Creo que nadie desconoce que no se puede estacionar en ciertos lugares ni en doble fila, que debe colocarse la luz de giro antes de doblar y que no se debe circular a más de 50 km/h (depende de cada lugar) en las ciudades.

Entonces, si la mayoría de los conductores conoce la mayoría de las señales (o debería), ¿para qué contaminar visualmente con carteles “redundantes”?

Sí, reconozco que estoy simplificando demasiado el tema y que en nuestro país sería muy difícil de instrumentar. Pero a la vez pienso, ¿Siempre nos quedaremos con que acá no se puede?, ¿Con que somos complicados?, ¿Que acá nada funciona?.

No estoy seguro que calles sin señales sean la solución a los problemas de tránsito, y sobre todo para ciudades grandes, cosmopolitas, pero tampoco descarto la idea de plano. ¿Sería factible una ciudad sin carteles viales?

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