Nuevas Tecnologías en el Automóvil 2
(Por José Manuel Ortega) Capítulo II de la Tecnología aplicada al automóvil. En esta oportunidad abordamos la iluminación y sus nuevos conceptos. Clic en el título.
En la década del 60 aparecen las primeras lámparas halógenas, que mejoraban sustancialmente la calidad y profundidad de la iluminación: un filamento es recorrido por una corriente eléctrica, produciendo energía en el espectro visible y también calor. En los 90´s se muestran las primeras lámparas de descarga, de gas xenón.
A través de la aplicación de una tensión entre dos electrodos inmersos en gas xenón (en este caso) se consigue una iluminación mas eficiente.
Consumen menos energía, tienen una temperatura de color mayor (luz más blanca), no tienen pérdidas importantes por calor como las incandescentes y su duración es varias veces mayor a las halógenas, presentes aun en la mayoría de los autos de segmentos medios.
Luego aparecieron las bi-xenón, que no tienen 2 lámparas sino que en la misma pueden tener dos alcances distintos (altas y bajas).
Tienen el inconveniente de la –pequeña- demora en alcanzar su intensidad y por eso se utilizan aun las halógenas para señas de luces en algunos casos.
Hacia 2003 aparece la iluminación adaptativa, que permite iluminar hacia los costados al girar. De todos modos, si bien más precarios, el Tucker Torpedo de 1948 y el Citroën DS de 1955 contaban con faros que giraban junto con la dirección.
El último avance en este campo lo constituye el sistema AFL de Opel, mejorado en el Insignia que se está lanzando en el viejo mundo (Infoautos 13-11-08).
Sensores miden la velocidad del auto, el balanceo, el ángulo de giro del volante y presencia de lluvia, y una central decide que iluminación se adapta mejor a cada caso, en décimas de segundo. Tiene 9 programas que actúan automáticamente. Te mostramos un video muy ilustrativo.
La iluminación de diodos (1993) también está apareciendo. Basicamente se utilizan para luces traseras de freno y como luz de posición, siendo Audi uno de los precursores. Su consumo es ínfimo y su duración varias veces mayor que las incadescentes.
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