Una vuelta en el C63 AMG de 457 CV (¿Qué más se puede pedir?)
(Por José Manuel Ortega) 4ª nota de archivo. Sin dudas está en el podio de las que más disfruté escribir. Experiencia in-des-crip-ti-ble.
“Vení que te muestro el 63 AMG”. Antes de avanzar, algunos datos de este super auto de MB, propiedad de la marca, y que muy pocas personas en el país han visto rodar.
Se trata de un motor V8 de 6300 cm3 y 457 CV…
Algunos datos para entender semejante –brutal- potencia: Un Porsche 911 Carrera tiene 345 CV, una Ferrari California, 460 CV y un Jaguar XJ 4.2 V8 32 V, 298 CV.
Lo que se dice, literalmente, un auto de carrera. Hasta acá nada asombroso. Motores muy potentes hay y muchos.
Lo increíble del C63 AMG es su docilidad, su confort de marcha (algo durito obviamente pero mucho menos que otros deportivos de mucha menor potencia), utilizándolo racionalmente no muestra gran diferencia con un Clase C Kompressor de “escasos” 184 CV.
Cuando Eduardo pronunció la frase a uno de sus compañeros, “Corré el Clase E que voy a salir”, una mezcla de fuego y hielo corrió por mis venas. Iba a ser testigo del funcionamiento de uno de los autos más exclusivos y deseados del planeta. Con una muñeca de precisión suiza, Eduardo aceleró donde pudo, y puedo asegurar que los 457 CV hicieron que mi espalda se soldara al respaldo. 4.5 segundos para alcanzar los 100 km/h dan fe de la explosiva aceleración. Luego me mostró el poder frenante, increíble. Solo sentí algo similar al dar una vuelta con el Honda TC2000 y Pechito López. Cuando estábamos volviendo, Eduardo me confesaba que solo 2 personas en Córdoba habían probado el auto ese día. Reflexioné: ¿Cómo hago para transmitir con palabras lo que sentí hoy?
Me dijo con su tono porteño: “Y no, es imposible”. El rugido del V8 hizo que la gente se diera vuelta para ver el bólido pasar ante sus ojos.
Un detalle. Su caja es de 7 velocidades, automática (secuencial). Cuando uno frena, el motor automáticamente rebaja y acelera para que el motor no caiga en vueltas…
Volví extasiado tras haber experimentado el C63 AMG y salí al volante de una ML 320 CDI (foto 3), de nada despreciables 224 caballos gasoleros y caja 7G-tronic, automática de 7 relaciones, con levas al volante. El andar de un auto, una aceleración y suavidad notables y un arsenal tecnológico.
Pedí un Clase E350 coupé como el que pude manejar brevemente dos días antes para testear. Un modelo increíble.
Me despedí de la gente de MB con un “Gracias por todo. Iré a verlos a Buenos Aires”.
Recibí un “Te esperamos cuando quieras”.
Final de una experiencia inolvidable con Mercedes Benz.
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