Google acaba de anunciar que comenzó en Australia con las pruebas de su Projecto Loon (proyecto alocado), cuyo objetivo es llevar conectividad de banda ancha y a bajo costo a zonas rurales en todo el mundo.
En su blog oficial la compañía sostiene que Internet es una de las tecnologías más transformadoras de nuestro tiempo. Sin embargo, para 2 de cada 3 personas en la Tierra, la conexión a Internet rápida y de bajo costo está todavía fuera de su alcance. Y este problema está lejos de ser resuelto. Ahora mismo, por ejemplo, en la mayoría de los países del hemisferio sur, el costo de la conexión a Internet está por encima de sus ingresos mensuales.
¿De qué se trata Project Loon? Así lo describe Google: “Creemos que debería ser posible construir un anillo de globos capaz de volar alrededor del mundo con los vientos estratosféricos, y a través de los cuales proporcionar acceso a Internet a la Tierra. A pesar de que nos encontramos aún en una etapa inicial del proyecto, hemos logrado construir un sistema que utiliza globos, arrastrados por el viento a altitudes dos veces superiores a aquellas por donde circulan aviones comerciales. Estos globos son capaces de emitir señales de Internet a la tierra, a velocidades similares a las actuales redes 3G o más rápido. Como resultado, esperamos que los globos puedan eventualmente convertirse en una opción para la conexión de zonas rurales y remotas, y para ayudar con las comunicaciones cuando ocurren desastres naturales”.
El desarrollo funciona de la siguiente manera: Las estaciones terrestres se conectan con la infraestructura local de Internet y transmiten señales a los globos. Los globos son capaces de comunicarse uno con el otro, formando una gran red entretejida en el cielo.
Quienes participan en la prueba piloto se conectan con los globos a través de una antena especial, que se encuentra adosada a sus casas y a través de la que pueden enviar y recibir señales de los globos que pasan por arriba.
Más allá del conocido eslogan de Google: “don’t be evil” (no seas malo), cabe preguntarse si el acceso a internet de dos tercios de la humanidad puede y debe quedar en manos de la voluntad (y los intereses) de una corporación (cualquiera sea). ¿No deberían ser estas auténticas políticas de estado en todos los países? ¿Deberían ser impulsadas, fomentadas y hasta financiadas por Naciones Unidas? ¿Debería entonces considerarse a Google como un país?
La inacción de los estados está dejando vacíos que serán ocupados por gigantes como el megabuscador y más allá de sus declaradas siempre buenas intenciones, estos interrogantes están absolutamente vigentes.
Algunos datos curiosos de Proyecto Loon
- Los globos del Proyecto Loon están hechos de un plástico muy fino, de un grosor aproximado de 3 mm. Usamos un envoltorio de superpresión: esto significa que el volumen del globo permanece constante. Esto le permite flotar por un tiempo muy superior al de los globos que se van estirando a medida que se inflan.
- Los globos tienen 15 metros de diámetro cuando están totalmente inflados (la longitud de un avión liviano pequeño) pero no se inflan hasta que hayan alcanzado la altitud “de crucero” en la estratósfera, que es del doble de la que utilizan los aviones de pasajeros.
- Uno de los grandes descubrimientos en la ciencia de los globos alcanzado en este proyecto tuvo que ver con cómo controlar la altitud de los globos, que nos permite controlar hacia donde vuelan y su velocidad.
- Otro descubrimiento crítico de las ciencias de la computación tuvo que ver con el Control de Misión, que permite que los globos sean controlados en grupo, de modo tal que pueden proveer una conectividad consistente a una determinada ubicación.
El video explicativo de Proyecto Loon aquí.
¿Google remplaza a los gobiernos?
(Por Eduardo M. Aguirre - @EduAguirre) La empresa del megabuscador ha puesto en marcha Project Loon, un desarrollo de ingeniería basado en globos aerostáticos que busca proveer de conectividad a sectores rurales poblados pero alejados de los centros urbanos. Si Internet fuese declarado servicio esencial este tipo de acciones pasarían a ser obligación de los gobiernos o de entidades supranacionales.
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