Ayer Motorola presentó el Moto G, un equipo sumamente atractivo para la gama media, algo así como el hermano menor del Moto X. Se trata de un dispositivo que llegaría a la Argentina a un precio cercano a los $ 1.500, lo cual ya resulta interesante para un smartphone y si se tiene en cuenta sus características, le podemos augurar un éxito rotundo. Cuenta con un procesador Qualcomm Snapdragon 400 Quad-Core de 1.2 GHz (Cortex A7), una pantalla de 4.5" LCD HD con resolución de 1280 x 720 y densidad de 329 ppi, revestida con Gorilla Glass3, RAM de 1 Gb, una GPU Adreno 305 (gráficos), cámara principal de 5 Mp y frontal de 1.3 Mp, batería de 2100 mAh y dos versiones de almacenamiento, 8 y 16 Gb. Se lanza con Android 4.3 Jelly Bean actualizable a la 4.4 KitKat. Con este equipo a ese precio, la competencia deberá ponerse a tono.
Pero hoy además quiero contarte sobra la experiencia vivida durante las últimas semanas con el Moto X. Sin entrar en mayores detalles sobre el hardware de este equipo, tema que ya hemos abordado en ocasiones anteriores, prefiero contar mis impresiones como usuario.
El Moto X resulta un equipo ágil, de rápida respuesta, de buen tamaño en todo sentido, para quienes les gustan los equipos de pantalla grande, lo es. Para quienes gustan de tener un celular que no moleste por tener un tamaño demasiado importante, también lo es. Resulta liviano de llevar y muy agradable al tacto.
De las características que lo distinguen de sus competidores, el hecho de lanzar la cámara con solo agitarlo levemente resulta sumamente útil para tomar imágenes que requieren inmediatez de respuesta, además de que al poder disparar tocando la pantalla en cualquier punto también suma.
La calidad de las imágenes no desentona para nada respecto a lo que encontramos en el segmento de alta gama de los smartphones.
Aunque por supuesto, la estrella de este equipo es el control por voz de Google Now. Sucede que si bien Google Now puede ser instalado en casi cualquier celular con Android y utilizar su control por voz, para hacerlo primero uno debe “despertar” el teléfono manualmente, algo que no sucede con el Moto X y a lo que finalmente uno acaba acostumbrándose. Eso de hablarle al celular termina siendo sumamente útil y práctico.
Más allá de las consultas de prueba que resultan graciosas y atractivas (como preguntarle por la edad de Mirtha Legrand o Susana Giménez), el hecho de programar alarmas con solo hablarle o de abrir sitios web, llamar o responder llamadas, utilizar el GPS en el auto sin tener que tocar el equipo, es realmente útil.
Otras funciones de Google Now a las cuales se puede acceder por voz, como el pronóstico del tiempo, hacer cálculos, reproducir música o abrir aplicaciones, resultan tal vez menos intuitivas, solo por no estar acostumbrados, pero en cuanto uno internaliza esa función del equipo, se torna absolutamente natural.
Una aclaración, si como es mi caso, tenés un hijo adolescente (o hija en el caso de las mujeres) es muy probable que el equipo confunda tu voz con la suya y también le responda a él (o ella), lo cual termina produciendo cataratas de risas en la casa.
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