Esta semana nos sorprendió leer la noticia de los empleados de Aerolíneas Argentinas que fueron despedidos por falsear su asistencia a su lugar de trabajo utilizando dedos de silicona para engañar el lector de registro de presentismo. Inmediatamente quienes somos fanáticos del universo Marvel recordamos la escena de Ant-Man en la cual Scott –el protagonista- recrea una huella digital utilizando pegamento casero y cinta de embalar para acceder a una sala que oculta una caja fuerte. Por supuesto ubicábamos el hecho en el ámbito de la fantasía cinematográfica, aunque claramente no lo es.
Hablar al respecto con los especialistas que venden e instalan este tipo de dispositivos no resultó tarea fácil. De hecho solo desde una empresa aceptaron conversar –a condición de no ser citados- acerca de la tecnología que utilizan los lectores de huellas: “Los equipos más recientes incorporaron la detección de tejido vivo, por lo cual es mucho más difícil poder hacer lo que hicieron estos exempleados de Aerolíneas”, nos explica el jefe de Tecnología de una de las empresas que instala sistemas basados en detección biométrica. “Cuando hablamos de nuevos equipos nos referimos a los que comenzamos a instalar desde fines de 2017”, añade el especialista.
Para graficar el mayor grado de seguridad, los instaladores explican que estos nuevos dispositivos con detección de tejido vivo registran inconvenientes para leer las huellas en invierno porque las manos suelen estar muy frías y además de la detección morfológica apelan al escaneo térmico.
Claramente los fabricantes de lectores de huellas dactilares sabían que debían mejorar sus productos ya que estos nuevos dispositivos además de la detección de tejido vivo toman una mayor cantidad de puntos de la huella: “Anteriormente los equipos tomaban unos 300 bytes de datos de cada huella, mientras que los actuales toman 1500 bytes”, nos revela el especialista destacando el aumento en la confiabilidad de los lectores.
Cabe presumir entonces que si en los talleres de Aerolíneas contaban con lectores cuya antigüedad superara los dos años, es lógico pensar que burlar el sistema no les haya resultado una tarea complicada a los exempleados.
¿Y qué sucede con los celulares? Quienes seguimos las noticias de tecnología sabemos que son numerosos los casos de investigadores que han logrado engañar a los lectores de huellas de los smartphones. En este sentido la generación más reciente de teléfonos que ubica el lector de huellas en la pantalla, utiliza una nueva tecnología presentada por Qualcomm que se vale de ondas ultrasónicas para escanear la huella completa y no solo la forma de las líneas sino también su profundidad, es decir, registra un mapa en 3D de la huella para aumentar sus niveles de seguridad, y por supuesto, ya hay quienes están generando huellas mediante impresoras 3D para ponerlo a prueba.
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