Nos referimos frecuentemente aquí a la tecnología desde el punto de vista de la electrónica de consumo, pero produce mucha satisfacción conocer y transmitir hechos tecnológicos que le mejoran la vida a quienes lejos están de pensar en una tablet, porque muchísimo antes tienen que resolver donde vivir. Es el caso de lo que puede verse en Tecnópolis con una réplica de las casas que se están construyendo en el impenetrable chaqueño cuya base es una enorme cisterna de 40.000 litros para almacenar el agua de lluvia que recolecta con su techo acanalado y luego filtran en la propia casa para hacerla apta para consumo humano.
Sorprendente el Jardín de las delicias, un espacio donde suena música electrónica y uno puede aportar notas a la música de acuerdo a qué planta elija acariciar. También impacta el stand donde se exponen en sus paredes la evolución (en números) de los índices industriales del país y en el centro de este enorme galpón a cada hora brindan un espectáculo de 15 minutos los integrantes de Fuerza Bruta. (Dos pequeñas muestas: Video1 y Video2)
A los amantes de los juegos se les vuela la peluca al ver el escenario de El Rock de tu Vida (versión argentina del Guitar Hero) donde suben 4 chicos (dos guitarras, un baterista y un cantante) a jugar a ser rock stars por una canción y sumar puntos en el juego. En el sector más techie se puede participar de un partido de fútbol robot (con la empresa RobotGroup) o apreciar las estructuras espectrales en 3D del artista digital Gabriel Rud, sorprendentes.
Conocer cómo era el espacio donde hoy se enclava la gigantesca represa de Yaciretá y conocer su funcionamiento, o el de un reactor nuclear, también es posible en Tecnópolis. El stand del Ministerio de Agricultura y Ganadería es bien interactivo (como casi todo por allí) con grandes pantallas, mesas táctiles y juegos de realidad aumentada en pantalla gigante. Divertido para chicos y grandes.
Como otra curiosidad, el carrito que promete venderte choripanes cordobeses está atendido por gente que simula ser de estas tierras y no logra (ni por cerca) imitar el típico acento de la docta.
También existe un didáctico parque -jurásico- de diversiones para los más chicos que llegan al éxtasis al ver los dinosaurios en tamaño natural robotizados.
Por supuesto toda la feria tiene un claro posicionamiento político. En el stand de Aerolíneas Argentinas (con formato de avión) se cuenta las historia de la compañía con sus principales hitos (la primera vuelta al mundo de una avión comercial, el primer vuelo transpolar, por ejemplo) y tanto en el video como en el gran mural que decora el stand, la etapa de la privatización está contada sobre fondo negro con las imágenes de ex presidente Carlos de Anillaco y su entonces ministro Roberto Dromi. Para los chicos (y no tanto) se destacan aquí los dos simuladores de vuelo (para piloto y copiloto) y el juego de realidad aumentada que se replica en la web de la empresa.
Y no faltan las expresiones de los enfrentamientos que mantiene el gobierno de Cristina; es que en este enorme predio de Villa Marteli históricamente estuvo enclavada la planta transmisora de Radio Mitre, que le alquilaba ese espacio al Estado. El tema es que la antena sigue allí y la organización de la feria la rodeó de carteles que dicen: “Disculpen las molestias: tenemos intrusos. Radio Mitre (Grupo Clarín): ocupante ilegal de tierras públicas que son de todos”.
Sería fantástico pensar en que Tecnópolis pudiese recorrer todo el país, pero como por su envergadura lo intuyo imposible; te recomiendo programarte un viajecito (si es que ya no lo hiciste) y dedicarle un día.
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