Llegó el frío y necesitamos cuidarnos la piel frente a las bajas temperaturas. La exposición al frío puede alterar y modificar significativamente la producción de sebo y lípidos y disminuir la fijación del agua. ¿Cómo podemos cuidarnos?
Vas a notar que si vivís en lugares donde el clima es árido la piel se siente más agredida aún. En cambio, en los húmedos se favorece con el agua del medioambiente, pero en ambos los daños se hacen notar. La piel presenta sequedad y deshidratación.
¿Esto por qué se produce? En invierno, las bajas temperaturas producen una disminución del flujo sanguíneo y menor oxigenación en la piel, es más pálida y hay pérdida de la elasticidad y turgencia. Por eso podemos notar descamación, aspereza, arrugas finas por deshidratación y aumento de reactividad como sensibilidad y rojeces.
En este momento es importante incrementar el aporte de activos que generen un reservorio de agua, con ácido hialurónico y de lípidos mediante bioceramidas.
Compartimos con ustedes una rutina para cuidar la piel del rostro en invierno:
1. El primer paso siempre será la limpieza para barrer con todas las impurezas y con el exceso de oleosidad o sebo.
2. Después de la limpieza, aplicá soluciones de alta concentración para la necesidad específica que requiera tu piel: antiage, reparador, equilibrio para pieles grasas o afirmante. Es importante que tenga una alta concentración de nicotinamida: este activo está especialmente indicado para pieles estresadas e irritadas, elegilo si necesitás un ingrediente antiseborreico y calmante que actúe en el entorno de los poros y mejore su apariencia.
3. En invierno, con los cambios de temperatura interior – exterior, las pieles más secas, delicadas o sensibles pueden experimentar rojeces, tirantez o sensación de calor. Las lociones son grandes aliadas para aplicar en todo momento del día para apaciguar estas sensaciones y reforzar la hidratación ¡incluso sobre el maquillaje!
4. Llegó el momento de la hidratación. Dependiendo de tu tipo de piel, elegí texturas más livianas o emolientes y esparcí por rostro y cuello. Este es un buen momento para incorporar texturas más pesadas que durante el verano pueden sentirse incómodas.
5. Es importante utilizar protector solar todos los días, durante todo el año e incluso los días nublados, como último paso de la rutina matutina, para evitar el envejecimiento prematuro y manchas.
Con estos puntos podemos estar seguros de tener una rutina lista para el invierno. Pero hay tres zonas que, al estar compuestas por piel mucho más fina y delicada, requieren cuidados especiales:
- Labios: Habitualmente se humedecen con saliva, pero en condiciones climáticas exigidas como mucho frío, muy baja humedad o mucho calor se requieren productos humectantes y emolientes. Esto porque los labios, en estos contextos, retienen menos humedad y se secan y se agrietan fácilmente. Para cuidarlos es necesario reparar su piel con productos específicos.
- Párpados: Es una de las zonas en donde primero aparecen las arrugas por deshidratación, ya que retiene menos humedad. Para protegerlos, aplicá con el dedo anular, con movimientos circulares y sin ejercer presión un producto específico para esta área.
- Manos: Anatómicamente, la piel en las manos tiene una estructura distinta a las demás, con menos capacidad para retener humedad, por lo que tiende a estar seca. Por esto, es muy importante usar productos bien emolientes para recomponer su estructura.
Es importante recordar que para cualquier tipo de cuidado es necesario la evaluación de un profesional.
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