Muchas veces comemos sin tener sensación de hambre o poco después de haber hecho una comida, motivados por emociones del día o del momento (como estrés, ansiedad, aburrimiento o frustraciones) y optando en muchos casos por opciones poco saludables y, normalmente, en cantidades de excesivas. Esto se conoce como “hambre o atracón emocional”.
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