Para la colección Louis Vuitton primavera-verano 2020, el director artístico de los hombres, Virgil Abloh se inspiró en lo instintivo, lo habitual y lo natural. Las flores, un elemento básico en la moda, se observan como una metáfora natural de la diversidad.
La puesta del show estuvo inspirada en la vida cotidiana de París: los cafés, los paseos por el Sena, las crepes y el ambiente arbolado armonizaron con la idea típica de la felicidad de la infancia: un castillo inflable, helados, globos y vuelo de barriletes. El espectáculo estuvo rodeado por la notable arquitectura parisina.
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